El gobierno recaudó 56 mdp en la subasta de inmuebles decomisados a criminales, en CDMX El Gráfico

Por Diana Lastiri y Alejandra CancholaLos compradores que acudieron a la subasta de bienes inmuebles, hecha ayer en Los Pinos por el gobierno federal, desdeñaron las casas de los narcotraficantes que se ofertaban desde 249 mil pesos hasta más de 32 millones de pesos.
Durante la subasta realizada por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) fueron ofertados 27 inmuebles de los que el gobierno únicamente logró vender 9 lotes y recaudó, con ello, 56 millones 643 mil 364 pesos.
El monto total de lo vendido no representó ni 50% de la suma de los precios de salida de los bienes ofertados, que era de 176.
5 millones de pesos, cantidad mínima a la que se apostaba con la subasta.
A pesar de ello, Ricardo Rodríguez Vargas, director del SAE, descartó considerar que los 18 lotes desiertos signifiquen un fracaso y consideró que la demanda de bienes fue “normal”.
“En una subasta de bienes inmuebles sería algo inédito que se vendieran todos, estamos en rango normal, de hecho un poco arriba de lo normal para una subasta de bienes inmuebles.
Lo que no se vendió hoy se venderá en las próximas subastas”, señaló.
Explicó que de lo recaudado 51.
3 millones serán entregados a los municipios más pobres de la sierra de Guerrero y el resto se destinará a resarcir el daño a las víctimas de la delincuencia organizada.
Los inmuebles ofertados se ubican en 12 estados de la República: Estado de México, Querétaro, Baja California Sur, Oaxaca, Morelos, Sonora, Quintana Roo, Colima, Baja California, Tamaulipas, Ciudad de México y Sinaloa.
NO SE ARRIESGAN.
Aunque entre los bienes más llamativos estaban el departamento del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, en Cuernavaca, Morelos, y el rancho del suegro de Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, ninguno fue adquirido.
La mayor apuesta económica del gobierno federal para la subasta era el rancho “Los Tres García”, localizado en Los Remedios, Naucalpan, Estado de México, cuyo precio era de 32 millones 91 mil 533 pesos, pero nadie se atrevió a levantar su paleta y ofertar algo por el inmueble, como si el mismísimo jefe de sicarios se los hubiera ordenado guardar.
 Bertha Gómez se lleva un departamento en Atizapán, Estado de México, y al salir del evento asegura que los lotes están a buen precio, que son buenos, pero las narco-casas no se venden por temor a represalias a los antiguos dueños, líderes del narco.
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