El desperdicio y la pérdida de alimentos aceleran el cambio climático y dañan el medio ambiente, según indicó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Además, que reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos podría disminuir las emisiones de metano en un 15% para 2030. Incluso, señala que el metano tiene más de 80 veces el poder de calentamiento del dióxido de carbono durante los primeros 20 años después de que llega a la atmósfera, y que, al menos el 25% del calentamiento global actual por metano es causado por la acción humana.
Según un informe del PNUMA, en 2019 se generaron más de 930 millones de toneladas de desperdicio de alimentos, una a cifra que representa alrededor del 20% de los alimentos disponibles, según Mark Radka, jefe de la rama de energía y clima del programa de la ONU.
“Existen pruebas de que el desperdicio de alimentos en los hogares se genera a un nivel per cápita similar en todos los países, independientemente del nivel de ingresos del país”, afirmó Radka. “Entonces, los hogares generan en promedio alrededor de 74 kilogramos por persona, por año en desperdicio de alimentos”.
Por su parte, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indicó que, después de la cosecha, el 14% de los alimentos del mundo se pierde, y se estima que el 17% se desperdicia en el comercio minorista y en la etapa de consumo.
Industria porcícola, en la mira por contaminación
La industria porcícola nacional presenta un crecimiento acelerado en producción, pero sobre todo en exportación por la alta demanda local e internacional; sin embargo, grupos ecologistas afirman que este auge tiene un enorme costo al medio ambiente, por lo que autoridades están verificando a las empresas que cumplan normas en la materia o de lo contrario cerrarán operaciones.
Por lo anterior pide una verificación del impacto ambiental por empresa y cancelación de permisos a quienes no demuestren el cumplimiento de la NOM-001 Semarnat- 2021 y 127-SSA.
En abril pasado, la Profepa clausuró una granja porcícola ubicada en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, por el inadecuado tratamiento en el acopio y manejo de los residuos, y porque no acreditó contar con el plan de manejo de los mismos.
En el municipio de Emiliano Zapata, Veracruz, vecinos piden el cierre de dos granjas por la contaminación que emiten y que afecta a la población.
“La presencia de nitratos (NO3) en los sistemas públicos de abastecimiento de agua representa un grave riesgo sanitario que puede producir nitrosaminas, que es una sustancia que aumenta el riesgo de cáncer de estómago y afecciones respiratorias, así como metahemoglobinemia conocida como síndrome de los niños azules”, contó la ambientalista.
Aún se desperdicia casi un tercio de la comida en el mundo
A la mitad del camino del periodo para el cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, no hay grandes progresos en reducir a la mitad la pérdida de alimentos per cápita y postcosecha, ya que sigue desperdiciándose casi un tercio de comida, sostuvo Germán Sturzenegger, coordinador de la Plataforma SinDesperdicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esto tiene altos costos financieros, ambientales y sociales, además de que 8 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero por metano, uno de los gases causantes del cambio climático, tiene su origen en la perdida de alimentos, dijo durante la celebración del Tercer Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Agregó que los alimentos más nutritivos son los que más se pierden, se trata de las frutas y hortalizas, de las cuales se desperdician cerca de 45 millones de toneladas, y acabar con perdidas de alimentos requiere acciones colaborativas en distintos sectores así como definir políticas públicas, tienen que participar los ministerios de agricultura, los parlamentarios, actores de la cadena alimentaria, entre otros.
Inflación y cambio climático modifican las prioridades de los consumidores
El Covid-19 ya no se percibe como una amenaza seria. Los mexicanos están viviendo un periodo de ‘alivio’, luego de que se levantaran diversas restricciones en el país; sin embargo, ahora tienen otras preocupaciones relacionadas con su bolsillo.
A la hora de adquirir el producto de una marca, la calidad y el hábito son los principales impulsores de compra, también que lo que necesita el consumidor esté disponible en el punto de venta físico o e-commerce y de preferencia que dicho producto haya estado en promoción.
En tiempos de inflación, el mejor precio se vuelve más relevante cuando se trata de servicios, mientras que los artículos de lujo, vacaciones y mejoras para el hogar son los que tienen más probabilidad de ser relegados en el presupuesto del consumidor, quien ha percibido en mayor medida incrementos en precios de alimentos y bebidas, gasolina y artículos de cuidado personal.
El impacto ambiental
A cuatro de cada 10 personas les preocupa el cambio climático, que se refleja con la sequía en el norte del país. Pero, acorde con el estudio, los mexicanos creen que las empresas son las principales responsables de resolver este problema.
Las peticiones para ellas son que inviertan más en fuentes de energía renovable, que innoven más en sustentabilidad, que encuentren nuevas soluciones tecnológicas, que apoyen más la compra de producción local y que ofrezcan bienes de segunda mano o reutilizados.
Según el barómetro, ya el 76% de los consumidores en México ha dejado de comprar productos o servicios por su impacto en el medio ambiente y sociedad y el 67% se siente preparado para invertir tiempo y dinero en apoyar compañías que tratan de hacerlo bien, y el 82% busca activamente marcas que ofrecen alternativas para combatir su impacto ambiental.
“Debemos tener presente que el consumidor es el que toma la decisión final y en la actualidad está atravesando por un torbellino de situaciones, locales y globales, que cambian rápidamente sus preocupaciones y la forma de abordar las necesidades funcionales, emocionales y sociales. El reto para las marcas, además de escuchar al consumidor, es acompañarlo y comprenderlo”, señala.
De acuerdo con el análisis, a los mexicanos también les preocupa la guerra entre Rusia y Ucrania, la violencia y el crimen, los recursos y la energía, su salud en general, el empleo, y para tres de cada 10, el coronavirus, aunque ya no le quita el sueño, sigue estando en la mira, con prudencia./Agencias-PUNTOporPUNTO