En NM, mayor decomiso de fentanilo de la DEA Diario.mx
Albuquerque, NM— En una operación sin precedentes, que abarcó cinco estados, autoridades federales estadounidenses han asestado un golpe contundente al Cártel de Sinaloa tras incautar más de 400 kilogramos de fentanilo y detener a 16 personas vinculadas a una de las organizaciones de narcotráfico más peligrosas que operan en Estados Unidos.
El operativo, liderado por la Administración para el Control de Drogas (DEA), representa el mayor decomiso de pastillas de fentanilo en la historia de la agencia y ha sido descrito por funcionarios como “una victoria en el campo de batalla” contra redes criminales que introducen este opioide sintético letal a Estados Unidos.
“Este decomiso histórico de drogas es un golpe significativo contra el Cártel de Sinaloa que elimina veneno de nuestras calles y protege a los ciudadanos estadounidenses de la plaga del fentanilo”, declaró la fiscal general Pamela Bondi en un comunicado oficial.
La operación se centró principalmente en Nuevo México, donde agentes federales incautaron aproximadamente 396 kilogramos de pastillas de fentanilo y 11.5 kilogramos de fentanilo en polvo, junto con otras drogas, armas y dinero en efectivo. Según las autoridades, este decomiso representa millones de dosis letales que no llegarán a las comunidades estadounidenses.
Golpe financiero y logístico
Durante los cateos simultáneos realizados en Albuquerque (Nuevo México), Salem (Oregon), Layton (Utah), Phoenix (Arizona) y Las Vegas (Nevada), las autoridades decomisaron más de 4.6 millones de dólares en efectivo, vehículos de lujo valorados en aproximadamente 440,000 dólares y joyería estimada en 50,000 dólares.
Entre los bienes confiscados destacan un Mercedes AMG, un Ford F-150 Shelby, un Dodge TRX Mammoth y dos camionetas de alta gama. Las autoridades consideran estos decomisos como un severo golpe a la infraestructura financiera del cártel.
Una red extensa y bien organizada
Según documentos judiciales, Heriberto Salazar Amaya, de 36 años, era el presunto líder de esta red de tráfico. Junto a él fueron detenidos otros 15 individuos, entre ellos César Acuña-Moreno, Bruce Sedillo y Vincent Montoya, quienes enfrentan cargos por conspiración para distribuir fentanilo y otros delitos relacionados con drogas. Varios de los acusados enfrentan también cargos adicionales por posesión de armas.
“Este no fue sólo un operativo más, fue una victoria en el campo de batalla contra una red respaldada por terroristas que bombea muerte a nuestras ciudades”, señaló Robert Murphy, administrador interino de la DEA.
Decomiso récord en Nuevo México
El operativo en Albuquerque resultó particularmente fructífero para las autoridades. Además de los casi 400 kilogramos de pastillas de fentanilo, los agentes confiscaron:
- 49 armas de fuego, algunas modificadas ilegalmente
- Aproximadamente 610,000 dólares en efectivo
- 1.5 kilogramos de cocaína
- 3.5 kilogramos de heroína
- 3.2 kilogramos (7 libras) de metanfetamina
En una redada separada en un almacén de Santa Fe, agentes encontraron otros 165.5 kilogramos adicionales de pastillas de fentanilo.
“Nuestras comunidades están más seguras hoy gracias a la dedicación incansable y coordinación entre las fuerzas del orden federales, estatales, tribales y locales”, declaró Ryan Ellison, fiscal de Estados Unidos para el Distrito de Nuevo México.
Cooperación interagencial
La operación involucró a múltiples agencias federales y locales, incluyendo la DEA, el FBI, el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, el Departamento de Policía de Albuquerque y varias otras fuerzas del orden público.
Las autoridades señalaron que este caso forma parte de la “Operación Take Back America”, una iniciativa nacional que coordina recursos del Departamento de Justicia para combatir la inmigración ilegal y las organizaciones criminales transnacionales.
El fiscal Ellison añadió que aunque esta operación marca un paso decisivo en la protección de las familias en el Oeste de Estados Unidos, “la lucha continúa” contra los cárteles que introducen drogas letales al país.
Los detenidos enfrentan severas penas federales que podrían incluir cadena perpetua por los cargos de narcotráfico y posesión de armas.
