De padres y pantallas Excelsior

  Por Gabriela Rodríguez Debo ser de las pocas madres que tiene un sentimiento muy profundo y negativo hacia las pantallas.
Lo afirmo, porque cada día veo más niños con tablets, celulares, televisiones portátiles y juegos electrónicos a la mano.
Ser padres es la mayor responsabilidad que asumimos durante nuestra vida y deberíamos informarnos y capacitarnos.
Al nacer mi hijo busqué libros que me guiaran en esta nueva tarea y ¡encontré unos maravillosos! Entre otros temas, me pareció fascinante el desarrollo visual y me gustaría compartir con ustedes algunas ideas básicas y breves con la finalidad de que se interesen y busquen ampliar la información por su cuenta.
El desarrollo visual puede tardar entre 7 y 8 años; es importantísimo cuidar y resguardar a nuestros pequeños durante esta primera etapa.
La baja estimulación, así como la sobreestimulación pueden causar daños que afecten su desarrollo, su capacidad de leer y escribir; además de generar ansiedad, baja autoestima y falta de atención.
Al nacer, el niño tiene una visión borrosa y sólo puede enfocar una distancia de aproximadamente unos 20 a 30 centímetros.
Aunque parezca increíble, he visto madres que atienden el celular, contestan mensajes o trabajan en la computadora mientras amamantan a su hijo, aun cuando sabemos que el contacto visual, las caricias y las palabras suaves son el estímulo que necesita el bebé en esta primera etapa.
Meses después, el gateo le permitirá ajustar la visión media, medir espacialidad y comenzar a hacer un sin número de cálculos para poder tomar un juguete o alcanzar un objeto.
Un estudio con niños de diferentes ámbitos geográficos y sociales mostró que los niños de la Amazonia, que no pudieron gatear por la gran cantidad de animales e insectos ponzoñosos en su entorno, pueden enfocar a 15 metros, pero no son capaces de hacerlo a 30 o 40 centímetros de distancia, por lo que su capacidad de aprendizaje se ve afectada.
Otro ejemplo son los indios Xingú que pueden lanzar un dardo con precisión a 800 metros, pero no pueden enfocar a la distancia de la lectura y escritura.
En resumen, el gateo estimula el desarrollo de la visión media, por ello es importante que un niño gatee libremente durante su primer año de vida.
Si buscan en internet aplicaciones para bebés verán una larga lista de “recomendadas” y fotos de niños frente a computadoras o tablets.
Nada más dañino y distante de la realidad.
A esta temprana edad, el pequeño continúa viendo borroso y la tecnología utiliza pixeles y tres colores básicos (RGB) para formar imágenes bidimensionales.
Consecuentemente, no podrá enfocar de manera adecuada y mal educará su visión a una realidad distorsionada.
Y todavía hay más, la velocidad de las imágenes no puede ser procesada por el pequeño cerebro del bebé lo que causa sobreestimulación y saturación.
Por lo tanto, no debe extrañarnos que cada día haya un mayor número de niños que tienen dificultades de aprendizaje, comportamiento, atención y memoria.
Entiendo que para muchos padres darles un teléfono o una  tablet “compra tiempo personal” o “un momento de tranquilidad”, pero de igual forma le pueden dar un lápiz y papel, unos cubos para armar o un laberinto geométrico.
Yo me divertía con la batería de cocina de mi mamá, con peines y cepillos, hacía animales con los tubos de cartón del papel de baño, mis muñecas eran de cartón con vestidos de papel y ¡fui feliz! ¿Por qué creemos que tenemos que comprarle a nuestros hijos todo lo nuevo que nos ofrece la industria? Y por último te dejo un concepto para reflexionar: El silencio y el ocio son la tierra más fértil para las grandes ideas e inventos.
¡Déjalo que se aburra!                      gabrielalorena@prodigy.
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