Patinetes ilimitados: Lime lanza su tarifa plana en España Hipertextual

Lime avanza en su proceso de expansión en su estrategia para el uso de una tarifa plana.
Desde hoy, en España se activa el LimePass por 5,99 euros a la semana.
Comenzó como un proyecto piloto en algunas ciudades de Estados Unidos, para pasar después a probarse fuera de su sede en Australia o Nueva Zelanda.
Ahora, la tarifa plana de Lime aterriza en algunas ciudades de Europa.
Justo hoy, Dinamarca, Suecia, Grecia, Italia, Israel, Portugal y España también se suben al carro de LimePass.
A partir de hoy, los usuarios en las ciudades con presencia de patinetes de Lime podrán pasar de pagar el coste de desbloqueo más el tiempo de uso a 5,99 euros por semana natural.
Esto aplicaría, por tanto, a Madrid, Málaga y Sevilla ahorrando, según cifras de la compañía, un 40% en el gasto de patinetes.
Es, según su estrategia, un mecanismo para subirse al carro de la lucha contra los protocolos críticos de contaminación y "aumentar el uso de los patinetes por los residentes de las ciudades donde operan", según explica a Hipertextual Álvaro Salvat, director general de Lime; una cifra mayoritaria que, sin embargo, entienden que puede ser mayor.
Esta tarifa plana, de hecho, aplicaría, a una de las mayores quejas de los usuarios respecto al uso de los patinetes compartidos en las grandes ciudades.
Amén de las cuestiones sobre la seguridad vial y de los propios vehículos, la barrera del precio ha sido una de las razones para abandonar el carro de la movilidad.
Un sector complejo Lime decide sacar esta tarifa plana justo un año después de que Madrid se llenase de compañías de patinetes tras la retirada, meses antes, por orden del Ayuntamiento liderado por Manuela Carmena.
Distribución por barrios –lo que implicaba salir de las zonas centrales de la ciudad– y del número de unidades en las calles.
La llegada de un nuevo color político ya a dibujado un cambio en la normativa que aplica a los patinetes, pero "aunque el Ayuntamiento está alineado con este tema, hay que esperar a que llegue el momento".
Desde entonces, el perfil se ha mantenido bajo en las compañías de patinetes; pocos son los datos que han trascendido en cuanto a volumen de uso.
En el caso de Lime, ha sido complicado incluso a nivel global.
Justo hace unos días, la empresa estadounidense anunciaba el despido del 14% de su plantilla y el cierre de 12 mercados en Estados Unidos, Austria y un total de siete ciudades en Latinoamérica.
"Eran mercados no rentables, vamos a ser sinceros, y no podemos estar dependiendo de ronda tras ronda eternamente", explica el directo de Lime, compañía que está intentando ser rentable este 2020.
Aquí en España, explica, solo alcanzarían esa situación con un gran control de los gastos y "con una cooperación de las Administraciones que fomenten la inversión de estas compañías".
Justo en mitad de un contexto, coincidiendo con los meses de invierno, en el que los viajes en patinete caen por el descenso de las temperaturas y la oferta en las calles cada vez se hace más compleja.
Especialmente cuando las cifras de uso de estos modelos de movilidad tampoco las que el sector espera.
Según el estudio de movilidad global de Moovit, la mitad de la población de las grandes ciudades de España nunca ha usado patinetes eléctricos y solo el 10% utiliza eventualmente (al año) estos servicios.
Ha sido complicado mantenerse a flote: los robos de patinetes, que se cifran superiores a los registrados en México han puesto a España como una de las peores ciudades para triunfar en este negocio a lo largo y ancho de Europa.
Fue, de hecho, la distribución por barrios lo que terminó de matar a muchos del sector al "obligarles" a soltar sus patinetes en zonas de elevado vandalismo.
Muchas de sus unidades, de hecho, han terminado robadas y vendidas por piezas.
En este contexto, algunas empresas han terminado diluyéndose por el camino ante la imposibilidad de asumir los costes de este tipo de negocios, otros se han unido a otras más grandes o han sido compradas por compañías extranjeras –la más reciente ha sido la compra de Mygo por la californiana Whells–.
Otras, por su parte, como Ford están a punto de estrenarse en el país.
Mientras, la regulación en algunas ciudades ha sido tan férrea que los despliegues han sido mínimos.