Jóvenes de la Casa del Estudiante de Guerrero luchan contra carencias El Gráfico

A  la Casa del Estudiante Guerrerense llegan jóvenes de todos los rincones de Guerrero, la mayoría de escasos recursos, quienes a parte de la pobreza han padecido la violencia que azota a su estado.
“Las rentas son muy caras aquí en la ciudad y con mi familia comencé a buscar un lugar para quedarme, dimos con la casa por un contacto que le dieron a mi mamá, venimos a verla y es cuando me quedé.
Ha sido de mucha ayuda llegar aquí porque lo que pagamos es más simbólico que nada” comparte en entrevista para EL GRÁFICO Francisco Emmanuel, originario de Acapulco y estudiante de ingeniería eléctrica-electrónica en la UNAM.
La casa alberga alrededor de 35 estudiantes y cuenta con 16 habitaciones, una pequeña biblioteca, una cancha, una cocina y una sala común.
Cada habitante paga 350 al mes.
Por ese mismo lado, Félix Saet, recién egresado de la carrera de ingeniería informática del IPN, nos comenta que se les da prioridad a los estudiantes de bajos recursos.
“Los requisitos para ser aceptado en la casa es ser originario del estado de Guerrero, haber sido aceptado en una universidad pública del Valle de México y que sea de escasos recursos, para comprobar eso nos turnamos para hacerle un estudio socio económico al aspirante y visitarlo a su casa, los viáticos corren por la cuenta del solicitante, para ver que la información coincida.
Le damos prioridad a aquellos que sus papás tengan bajos ingresos, por ejemplo aquí hay casos de que sus papás son campesinos o que el papá se fue a vivir a Estados Unidos y que nada más la mamá le está apoyando”.
Sin embargo, los habitantes de la casa se han enfrentado en los últimos años con problemas que ha puesto un en vilo la viabilidad de la residencia “la casa es parte de los bienes inmuebles del estado en la Ciudad de México y recibía subsidios por parte del gobierno.
Cuando estaba Ángel Aguirre, él nos daba cheques de buena fe para pagar principalmente los servicios, pero desde lo de Ayotzinapa se ha cortado inclusive la comunicación con ellos” platica Félix, quien además dice que los encargados de estos procedimientos es una comisión nombrada por la Asamblea de la casa, que es el órgano que rige su organización.
Una de las consecuencias de la falta de subsidio han sido los impagos de servicios públicos, los cuales se han convertido en deudas imposibles de pagar “tenemos una deuda fuerte con el agua, incluso ya vinieron a cortarla, después de que pasó eso incluso fuimos a la casa del gobierno de transición de Andrés Manuel López Obrador para pedir apoyo y si nos lo dieron, y nos restauraron el 20% del servicio pero la deuda sigue creciendo.
Hemos ido con los del gobierno de estado e incluso a las audiencias de Claudia Sheimbaum para dialogar una solución al problema, pero en todos ellos nos hemos topado con burocracia que nos ha entorpecido todo y no nos resuelve nada” agrega Félix.
Además se tienen problema con la luz “tenemos dos medidores los cuales están mal nivelados y nos llegan cantidades considerables y pues luego no nos alcanza para pagarlo; además el cableado de la casa ya está muy viejo, lo que tampoco ayuda mucho” enuncia Emmanuel.
Otro ámbito que se ha visto mermado por falta de presupuesto a la casa es el mantenimiento de ésta “falta cambiar el cableado eléctrico interno de la casa  ya que es muy viejo, además que la impermeabilización anual nos sale muy cara y tenemos que desembolsarla nosotros, y muchos pues luego no tenemos dinero; además hace dos años empezamos a admitir mujeres y los baños no están equipados para las necesidades de ellas” narran los muchachos, que también han visto que estos problemas los ha unificado y ha hecho madurar.
“Le hemos querido hacer promoción a la casa para más gente sepa de su existencia, yo voy a la primaria y secundaria a las que asistí en Guerrero para hablar de ella, al semestre llegan entre cinco y seis solicitudes, las cuales aceptamos a la mayoría” puntualiza Emmanuel.
Para finalizar, Félix comenta lo importante que es la casa para mucho de sus moradores “para muchos de nosotros que somos de la media clase para abajo, la única opción para poder venir a estudiar es vivir en una casa de estudiante, por lo que estamos agradecidos con ella”.
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