Desde mayo estaban secuestrados varios Diario.mx
Entre las víctimas de secuestro encontradas en una vivienda del fraccionamiento Papigochic el pasado viernes, luego del asesinato de una de ellas a manos de los captores, había personas que llevaban privadas de la libertad desde mayo, informó Gabriela Cota, vocera de la Fiscalía de Distrito Zona Norte.
La investigación se lleva desde la Unidad de Delitos contra la Vida, que ya logró la declaración de todas las víctimas, afirmó la portavoz. De las testimoniales se desprende que son “jóvenes” los responsables de los delitos, cuyas identidades no han sido difundidas, y tampoco su detención.
“Cada uno fue secuestrado en diversa temporalidad, en promedio desde mayo, que es desde que iniciaron su traslado”, precisó Cota Santos.
De acuerdo con los reportes oficiales, la madrugada del 21 de junio hubo una llamada al 9-1-1, atendida por la Policía Municipal, por una mujer de iniciales L. C. C., de 45 años, que informó a los oficiales haber sido privada de la libertad cuatro días atrás junto con su hija y su esposo, en una vivienda donde había otras cinco personas.
L. C. C. dijo que su esposo se enfrentó a golpes con tres hombres, los plagiarios, para que ella lograra escapar y alertar a las autoridades, y dio la dirección del sitio, en Río Napavechic del fraccionamiento Papigochic, hasta donde llegaron los oficiales y encontraron a la víctima, Alberto Cabrera, de 41 años, muerto a disparos de arma de fuego.
Asimismo, en el techo de la vivienda encontraron un arma de fuego negra con manchas de sangre, supuestamente de calibre 9 mm. La Fiscalía, horas más tarde, dio a conocer el aseguramiento del arma con cargador abastecido pero sin precisar el calibre, además encontraron dos casquillos calibre .45.
L. C. C. y Alberto provenían de Puebla, al igual que la hija de ambos de iniciales M. F. T. C. También se encontraban privadas de la libertad dos personas de la India (ambas de 18 años), una de Bangladesh de 25 años, y dos de Estado de México de 25 y 38 años.
El Diario informó ayer que los captores y asesinos lograron escapar a través de los techos de las casas contiguas.
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