¿Por qué el tabaco sigue siendo un problema? Vanguardia.com.mx

Como cada año desde 1987, el pasado 31 de mayo se celebró el Día Mundial sin Tabaco, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de informar sobre los peligros que implica su consumo y cultivo, así como generar conciencia para reducir esta problemática.
Este 2025, el objeto específico de esta celebración es desenmascarar el atractivo y exponer las tácticas de la industria sobre los productos de tabaco y nicotina.
El tabaco se deriva de la planta llamada Nicotiana tabacum, a la cual se le asocian un gran número de enfermedades y riesgos para la salud, no sólo de quienes la consumen, sino también para aquellas personas que se encuentran alrededor.
TE PUEDE INTERESAR: Inteligencia artificial (IA), ¿capacitista?Lamentablemente, las cifras estiman que 37 millones de infancias −entre 13 y 15 años a lo largo del planeta− son consumidoras de tabaco.
Aunado a esta problemática de consumo, a niñas, niños y adolescentes cada vez les parece más atractiva la nicotina y tabaco debido a los diversos sabores y presentaciones que se ofrecen en el mercado.
Incluso, hay países en los que las personas jóvenes consumen más cigarros que las personas adultas.
A su vez, las redes sociales y medios de comunicación tienen un impacto significativo en el consumo de esta sustancia.
Esto se debe a que la industria tabacalera se ha encargado de realizar estrategias y campañas para presentar sus productos como atractivos, ocultando su verdadero efecto nocivo.
Por ello, es necesario alertar a las nuevas generaciones sobre la realidad de los productos de tabaco.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con la OMS resaltan la necesidad de cambiar la narrativa.
Es importante prohibir los sabores en los productos con estas sustancias, regular el diseño de los productos, prohibir su publicidad, hacerlos menos asequibles y accesibles, así como asegurar espacios públicos libres de tabaco y nicotina.
Sin embargo, la problemática del consumo y cultivo de tabaco va más allá de las afectaciones que provoca en las personas usuarias.
Según datos de la OMS, el tabaco es cultivado en más de 124 países ocupando 3.
2 millones de hectáreas fértiles que bien podrían ser usadas para cultivar alimentos en su lugar.
México es uno de los principales países productores de tabaco en el continente americano con 6 mil 754 hectáreas.
De manera particular, la OMS advierte que cambiar los cultivos de tabaco por cultivos alimentarios podría alimentar a millones de familias en el mundo, contribuyendo a frenar la inseguridad alimentaria y escasez de alimentos.
Por tanto, la alta demanda de tabaco trae consigo un gran desvío de recursos para la producción de una planta que año con año mata a más de 8 millones de personas en el mundo, erosiona la economía, expone a los cultivadores a riesgos de salud y a su vez daña al medio ambiente.
Las cifras estiman que el tabaco contamina al planeta en gran porcentaje.
Lo anterior se debe, en su mayoría, por el uso excesivo de plaguicidas y fertilizantes en los campos de cultivo, que a su vez llegan a parar a ríos, lagos y al agua potable que consumen las personas.
Además, el cultivo de esta planta representa aproximadamente el 5 por ciento de la deforestación total del planeta, lo que incrementa el cambio climático y afectaciones al ecosistema.
En lo que se refiere a las personas cultivadoras, esta problemática afecta de manera especial a las mujeres e infancias.
Esto se debe a que suelen ser quienes principalmente cultivan la planta y, por ello, se encuentran expuestos a diversos riesgos.
Principalmente, la enfermedad de tabaco verde, provocada por la absorción de nicotina al estar las personas en contacto con las hojas de la planta.
Particularmente, las infancias se encuentran en una situación especial de vulnerabilidad al contraer dicha enfermedad, por causa de su peso corporal en relación con la nicotina que pueden absorber mediante su piel.
Asimismo, se ven afectados sus derechos humanos, siendo un ejemplo de esto el derecho a la educación, toda vez que en muchas ocasiones las infancias en pobreza faltan a la escuela para acudir a los cultivos.
Por su parte, para las mujeres cultivadoras de tabaco, en caso de encontrarse embarazadas pueden sufrir abortos espontáneos.
Sin duda, el cultivo de esta planta genera una desigualdad de género, ya que las mujeres además de tener que trabajar en los cultivos jornadas de varias horas, en su mayoría también tienen la carga de realizar trabajos domésticos y ejercer el cuidado de las infancias.
TE PUEDE INTERESAR: Activistas advierten del incremento de cigarrillos electrónicos en el Mercado Negro mexicanoEn suma, el consumo de tabaco es una problemática que impacta de manera significativa en los derechos humanos.
El derecho al medio ambiente sano, a la salud, la educación, el desarrollo, los derechos laborales, así como los derechos de las infancias y las mujeres son algunos de ellos.
En marco del Día Mundial sin Tabaco, es necesario destacar que el llamado a la acción es para todas las personas.
Gobiernos, sector privado, personas agricultoras, entidades del sistema de las Naciones Unidad, sociedad civil y público en general.
Cada uno de estos entes, desde su propia trinchera, puede comenzar a contribuir con acciones para erradicar esta problemática multifacética que afecta al planeta y a todas las personas que habitamos en él.
Una forma es comenzar por reconocer todos los daños que el consumo de tabaco provoca, los cuales comienzan desde su cultivo.
Asimismo, generar conciencia de las afectaciones en la salud de las personas y el medio ambiente.
Habría que preguntarnos si el consumo de esta planta justifica todas las problemáticas que trae consigo y que, cada vez más, nos deteriora en todos los aspectosLos autores son el Secretario Académico y la Secretaria Técnica de la Academia Interamericana de Derechos Humanos respectivamenteEste texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH