Reto a la tecnología Excelsior

Hace unas décadas parecía que los atletas se tomaban un año sabático después de competir en los Juegos Olímpicos.
Incluso una luminaria de la pista como el finlandés Lasse Virén programaba sus entrenamientos para brillar únicamente en JO.
Cierto: en los 70 no había campeonatos mundiales; los primeros fueron organizados por la IAAF en Helsinki 1983.
No obstante, en todos los libros de estadísticas, en los Handsbooks oficiales, de IAAF y WA aparecen como resultado oficial los 50 km de caminata de Malmoe, Suecia, 1976, como Campeonato Mundial, con la victoria del soviético Veniamin Soldatenko, el mexicano Enrique Vera y el finlandés Reima Salonen; prueba transformada en 35 km en la que este domingo el italiano Massimo Stano, campeón olímpico en Tokio 2020-21, rompió el RM en 2:20’43” en Podebrady, a unos 45 km al este de Praga.
El atletismo y el deporte en general viven una época revolucionaria de cambios tanto en la evolución de los récords como en el aspecto tecnológico y el crematístico.
En París, los campeones olímpicos recibieron de la World Athletics 50,000 dólares por el oro.
Y cantidades similares o superiores se otorgan por batir un RM.
De ahí que figuras tan prominentes como el ruso-ucraniano Serguéi Bubka y el sueco Armand Mondo Duplantis presenten en su progresión del RM secuencias de centímetro a centímetro.
En breve, del sábado 13 de septiembre al domingo 21, se realizará en Tokio, por segunda ocasión, el Mundial Atlético.
Poco más de 2,000 atletas de cerca de 200 países van a disputar 49 títulos.
Tokio 91 fue memorable, cuando menos, por un par de razones: Carl Lewis rompió el RM de 8.
90 m en salto de longitud del legendario Bob Beamon, en los JO de México 68 y ganó la medalla de plata con 8.
91 m, pues, unos instantes después de su hazaña, Mike Powell dio un portentoso salto de 8.
95 m para llevarse el oro con RM.
El otro acontecimiento algo nunca visto: por vez primera, seis meteoros marcaron -10” en la final de los 100 m lisos: Carl Lewis, EU, 9.
86 RM; Leroy Burrell, EU, 9.
88; Dennis Mitchell, EU, 9.
92; Linford Christie, GB, 9.
92; Frank Fredericks, Namibia, 9.
95; Raymond Stewart, Jamaica, 9.
96 (veo a Linford, campeón olímpico, de uniforme azul, tirado en la pista de Atlanta tras ser descalificado en los 100 m por salida en falso; atribulado, sin deseos de retirarse…).
En París, los ocho finalistas corrieron en -10”.
En Tokio 2025 hay varios RM que representan un desafío a la tecnología, se resisten al poder de los astros actuales: el 8.
95 m en longitud de Powell; el 43”03 del sudafricano Wayde van Niekerk señalado en 400 m planos en Río de Janeiro; el 47.
60 de Marita Koch, RDA, en 400 m, vigente por casi 40 años, cronometrado en Canberra, Australia, 6 de octubre de 1985; las marcas del jamaicano Usain Bolt, 9’58” y 19.
19 en 100 y 200 m planos, en el Mundial de Berlín 2009.
Los RM de Florence Griffith en las mismas pruebas 10.
49 en el Trial de Indianápolis y 21.
34 en los JO de Seúl 88.
El 2.
45 m de Sotomayor en altura, en Salamanca 1993.
El 3’26” de Hicham El Guerrouj en los 1,500 m oscila.
Columnista: Arturo XicoténcatlImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0