El Real Madrid se lleva la victoria (2-1) ante el Mallorca en el Bernabéu con un gol de Jacobo Ramón en el 95 Infobae
El Real Madrid sufrió lo indecible para obligar al FC Barcelona a ganar este jueves el derbi al RCD Espanyol y ser campeón después de batir en el Estadio Santiago Bernabéu por 2-1 al RCD Mallorca, gracias a un gol en el minuto 95 del defensa canterano Jacobo Ramón cuando todo parecía ya perdido.
El vigesimosexto saque de esquina del todavía defensor del título acabó en el tanto de la remontada y con protagonistas inesperados. Un balón colgado desde la desesperación lo tocó Jesús Vallejo, prácticamente inédito en la temporada, y lo buscó con ahínco el joven central para acabar con la resistencia de un rival que se había agarrado a un sensacional Leo Román y a su tempranero tanto.
El guardameta del Mallorca firmó un total de 13 paradas, muchas de ellas de mérito, para mantener las esperanzas de los de Jagoba Arrasate al menos de sumar un punto que les mantuviese bien colocados en la pelea por Europa. El conjunto balear sujetó las rachas de un Real Madrid sin demasiado orden ofensivo, pero que tiró del argumento de antaño para no adelantar ninguna celebración blaugrana.
Ancelotti puso el mejor once del que disponía pese a la docena de bajas, con Endrick acompañando a Mbappé en el ataque. El brasileño, muy pronto, encontró un espacio en el centro de la mal colocada defensa visitante y se plantó en el mano a mano ante Leo Román, pero el portero detuvo su disparo, menos limpio seguramente por el ligero toque por detrás de Copete.
Pero ese inicio no tuvo continuidad y evidenció los problemas más habituales del Real Madrid en esta campaña, acrecentados por su ya tradicional fragilidad defensiva y que le hizo estar muy pronto a remolque. Valjent, uno de los tres centrales que dispuso Arrasate, se incorporó al ataque y tuvo la fortuna de encontrarse el intento de despeje de Ceballos para poder definir como un "9" dentro del área y batir cruzado a Courtois.
El tanto no despertó ni aceleró al Real Madrid, poco coordinado en la presión para intentar robar el balón a un Mallorca que conseguía que el ritmo fuese lento, encontrando casi siempre la ayuda de la corpulencia de Muriqi, ancla perfecto para dar aire a los suyos. Aún así, a la mínima que se despistó permitió otra transición local, con nuevo acierto de Leo Román, que ya había destacado en el Lluis Companys, ante Bellingham.
Estas dos buenas ocasiones fueron oasis en el juego ofensivo merengue, de nuevo a rachas y sin poder encontrar del mejor modo posible a Mbappé, cuyas cabalgadas en soledad nunca encontraban demasiado acompañamiento de alguien que pudiese rematarlas. Sin hacer demasiado, el partido se fue volcando hacia el descanso hacia al área bermellona, pero su guardameta seguía poniendo el candado con tres buenas manos a disparos lejanos de Modric, Mbappé y Valverde.
ASEDIO FINAL MADRIDISTA
Al Real Madrid, silbado por su público, bastante frío en los primeros 45 minutos, le restaban otros 45 para evitar el alirón del Barça antes de tiempo y Ancelotti no tenía excesivos recursos desde el banquillo para cambiar el guión más allá que un grupo de canteranos. Y con las mismas armas salió con más ímpetu en busca de una remontada con más fuerza emocional que futbolística, pero suficiente para volver a ahogar a un Mallorca que no podía salir de su campo, aunque tampoco sufría en exceso.
El conjunto de Ancelotti atacaba sin demasiado orden al frontón mallorquinista, esperando principalmente algún chispazo de talento, sobre todo de un Mbappé siempre rodeado de tres o más rivales y bien controlado. Sin embargo, a la primera que el francés encontró aire, fue suficiente para lograr el empate y llevar una esperanza a la grada del Bernabéu, aumentada a renglón seguido por una sensacional parada de Courtois a un mano a mano muy claro de Jaume.
Ancelotti tiró de Gonzalo por un poco acertado Endrick en busca de ese rematador para los innumerables centros y los más de 20 saques de esquinas que tampoco fueron la solución. El Real Madrid lanzó, siempre con más corazón que cabeza, el asedio final ante un Mallorca ya algo cansado y dando casi por bueno el punto. Valjent sacó bajo palos el remate de Mbappé, Gonzalo no empujó bien un buen centro de Fran García y Leo Román cerró su gran noche con otra mano a Valverde antes de que Jacobo Ramón tuviese la fe necesaria para obligar al FC Barcelona a un esfuerzo más.
