Abuso Sexual Infantil... Mal que sigue creciendo en México; niñas, indígenas y menores con discapacidad aún más vulnerables Vanguardia.com.mx

Aunque el interés superior de la niñez está consagrado en la Constitución Mexicana, la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes continúa siendo una de las crisis de salud pública más alarmantes del país.
Según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), a pesar de un leve descenso reportado entre 2022 y 2023, el número de registros desde 2010 muestra un crecimiento imparable.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) reveló que, entre 2022 y 2023, los casos reportados de abuso sexual infantil pasaron de 9,929 a 9,802, una disminución apenas perceptible del 1.
3%.
Sin embargo, detrás de esas cifras se esconde una realidad más cruda: la mayoría de los casos jamás llegan a denunciarse.
TE PUEDE INTERESAR: Aumenta abuso de menores en México; 60 por ciento de casos ocurren en casaCada año, miles de infancias en México son silenciadas por el miedo, el estigma y la falta de mecanismos efectivos de protección.
EL ABUSO SEXUAL INFANTIL CRECE SIN FRENOS DESDE 2010De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el abuso sexual infantil implica involucrar a un menor en actividades sexuales que no comprende ni puede consentir.
En México, los registros oficiales indican un crecimiento preocupante: desde 2010, los casos atendidos por lesiones relacionadas con violencia sexual aumentaron en un 1,113%.
En 2010, apenas 791 menores de entre 1 y 17 años fueron atendidos en hospitales públicos por esta causa.
Para 2023, la cifra se duplicó respecto a los promedios anuales, revelando que, pese a esfuerzos aislados de prevención, el problema sigue extendiéndose.
Dato curioso:Aunque en 2017, 2020 y 2023 se observaron leves descensos en las cifras, el patrón general desde 2010 muestra una tendencia al alza.
Esto sugiere que las reducciones ocasionales no representan un cambio estructural real.
LA INVISIBILIDAD DEL ABUSO: UN OBSTÁCULO PARA SU ERRADICACIÓNUno de los principales desafíos en la lucha contra el abuso sexual infantil es su invisibilidad.
Según el INSP, muchos casos no se denuncian porque el agresor pertenece al entorno más cercano de la víctima, como un familiar o un vecino.
La Redim informó que el 13.
4% de las víctimas entre 1 y 17 años identificaron a su padre o padrastro como el agresor.
Este dato subraya el complejo entramado de violencia dentro de los propios hogares, donde los menores no solo están en riesgo, sino que también carecen de redes de protección eficaces.
La falta de denuncia genera subregistros que impiden dimensionar con precisión la magnitud del problema y retrasan las políticas públicas necesarias para su erradicación.
PERFIL DE LAS VÍCTIMAS: NIÑAS, MENORES INDÍGENAS Y NIÑOS CON DISCAPACIDADLa violencia sexual en México tiene un rostro mayoritariamente femenino y vulnerable.
En 2023, el 92.
3% de las víctimas atendidas en hospitales fueron niñas, mientras que solo el 7.
7% correspondió a niños.
Además, 333 menores indígenas y 168 menores con discapacidad fueron víctimas de abuso sexual durante el mismo periodo.
Estos datos muestran que las niñas, los pueblos originarios y las infancias con discapacidad están particularmente expuestos a sufrir violencia sexual.
Dato curioso: Unicef advierte que, a diferencia de otras formas de maltrato infantil visibles a simple vista, la detección del abuso sexual depende casi exclusivamente de que los menores hablen de su experiencia, lo cual rara vez ocurre debido al miedo y la manipulación ejercida por los agresores.
EL IMPACTO DEVASTADOR Y LAS CIFRAS ESCALOFRIANTESEl impacto del abuso sexual infantil trasciende el daño físico inmediato.
Las secuelas psicológicas pueden incluir trastornos de ansiedad, depresión, adicciones, problemas de conducta e incluso ideaciones suicidas en la adultez.
Un estudio de Early Institute revela que uno de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños en México ha sido víctima de violencia sexual antes de cumplir los 18 años.
Esto significa que millones de adultos en el país arrastran heridas profundas y no tratadas desde su infancia.
LEGISLACIÓN EXISTENTE Y LOS RETOS PENDIENTESLa Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en su artículo 47, establece la obligación de las autoridades de todos los niveles para prevenir, atender y sancionar el abuso sexual infantil.
Sin embargo, la brecha entre el marco legal y su implementación efectiva sigue siendo enorme.
Entre los retos más apremiantes se encuentran:• La falta de capacitación del personal educativo y de salud para detectar signos de abuso.
• Los prejuicios culturales que desincentivan la denuncia.
• Las carencias estructurales del sistema judicial, que frecuentemente revictimiza a los menores o deja impunes a los agresores.
World Vision México y otras organizaciones internacionales subrayan la urgencia de establecer programas integrales de prevención, facilitar el acceso a apoyo psicológico especializado y endurecer las penas para quienes cometan estos crímenes.
¿CÓMO AVANZAR HACIA UNA PROTECCIÓN REAL DE LA INFANCIA?Combatir el abuso sexual infantil en México requiere acciones contundentes:• Prevención: Programas educativos desde edades tempranas para reconocer y reportar situaciones de riesgo.
• Denuncia efectiva: Mecanismos accesibles y protegidos para que los menores puedan denunciar sin miedo.
• Apoyo integral: Servicios de salud mental gratuitos y especializados para víctimas.
• Justicia expedita: Procesos judiciales sensibles al trato de menores y penas ejemplares contra abusadores.
TE PUEDE INTERESAR: ‘Lo siento, soy mamá soltera’; la arrestan a mujer por patear a su hijo de 3 añosGarantizar un entorno seguro para niñas, niños y adolescentes no es solo un deber legal: es una responsabilidad moral de toda la sociedad mexicana.
El abuso sexual infantil no es un problema invisible; es una herida abierta que exige atención urgente, recursos suficientes y un compromiso social inquebrantable.
Solo reconociendo la magnitud del problema y rompiendo el silencio, México podrá construir un futuro donde su infancia viva libre de violencia.