América busca "salir del trance" tras su eliminación en Concachampions Milenio

El mes de abril se ha convertido en el mes de las dudas para el Club América, van 15 días en los que el conjunto azulcrema parece haber perdido el rumbo.
El cuadro amarillo se cita este miércoles con Rayados de Monterrey, en la semana que concluye la fase regular del Clausura 2025, es un partido para recuperar sensaciones y demostrar que el trance ha pasado.
Sí, la dinámica de América cambió súbitamente y de la seguridad y firmeza se pasó a las interrogantes.
Justo el 15 de marzo, el equipo de André Jardine estaba lanzado en la Liga y en Concacaf, ese día, el cuadro azulcrema venció como visitante a Atlas por 1-3 en el estadio Jalisco, en partido de la Jornada 12 del torneo casero, un triunfo que se ligó con una actuación soberbia en la Concacaf, en la que dejó en la lona a Chivas en octavos de final.
En esa misma jornada se dio la derrota de León ante Necaxa, y los americanistas tomaban por asalto el liderato del torneo.
Era el cenit de América, el punto más alto en lo futbolístico y en lo anímico del pelotón de André Jardine.
No había foro en el que no se diera como favorito para lograr el doblete, lucía invencible, imparable, con una idea y un estilo bien masticado.
Era un Lamborghini en plena recta.
Como punto de medida tuvieron el juego contra Tigres en el que tuvieron otra exhibición de contundencia tanto defensiva como ofensiva, lograron otro triunfo por 3-0 que ratificó el estado de gracia de los americanistas.
No había un equipo en el futbol mexicano con un momento similar y que luciera tan bien sobre el césped.
Cruz Azul cambia todo Sin embargo, llegó el mes de abril, y en 15 días ese buen momento que registraba América, uno que cambió de golpe y porrazo tanto interna como externamente.
Los cruces de la Concacaf situaron a las Águilas contra Cruz Azul, una serie en la que se les concedió la etiqueta de favoritos, por los antecedentes inmediatos y porque el equipo de André Jardine era uno hecho y derecho y el de Vicente Sánchez uno en construcción.
Pero el campo retrató al América, ese optimismo con el que se plantó en la serie contra Cruz Azul se desplomó de inmediato, el juego de ida de los cuartos de final de la Champions Cup se disputó el 1 de abril, con los de Coapa ejerciendo como locales, el resultado un 0-0 que parecía no ser una mala renta porque no habían recibido gol de visitante, pero con la interrogante de por qué jugó sin centro delantero cuando en la banca estaban Víctor Dávila y Rodrigo Aguirre.
Como sea, quedó todo abierto.
Vino el juego con Pachuca, como era de esperarse hubo dosificación de algunos jugadores, un juego que acabó perdiendo 1-0, el mismo Jardine reconoció en la sala de prensa que las rotaciones fueron porque la apuesta estaba en el juego contra Cruz Azul, pese al descalabro no perdió el liderato, parecía una buena ecuación si se lograba el pase.
El 8 de abril, en el estadio Olímpico Universitario vino el golpe que puso en trance al club, Cruz Azul lo eliminó de la Champions Cup de la Concacaf, La Máquina dejó al América sin el objetivo que había sido marcado como prioridad por el propio dueño del equipo.
Un fracaso mayúsculo; más cuestionamientos, porque se volvió a jugar sin centro delantero, y cuando el equipo logró el empate y el pase momentáneo a la semifinal, vino un cambio de corte defensivo con la entrada de Néstor Araujo, en lugar de ir en busca de otro golpe letal, se cuidó el resultado faltando 20 minutos.
La película se tiñó de azul cielo.
Y apenas el pasado sábado se acabó la trilogía del clásico joven, un partido que valía la reivindicación y la anestesia para la herida internacional, se acabó con un 0-0 que no dejó un buen sabor de boca; cuando América llegaba como favorito a dicha trilogía, fue Cruz Azul el que salió fortalecido en lo anímico y en lo futbolístico y los de Coapa los que entraron en un mar de dudas, porque encima perdieron el liderato que cedieron al Toluca.
Prueba de fuego Este miércoles, América visita a Monterrey, un equipo que también vive un momento de incertidumbre, para las Águilas es el examen perfecto para salir del trance y buscar asegurar, por lo menos, el segundo lugar de la clasificación, pero sobre todo, el cierre con Rayados y con Mazatlán marcará el punto de reivindicación para que este equipo vuelva a creer en sus opciones de pelear por el tetracampeonato; eso sí, con un ojo al 6 de mayo cuando el TAS fije una postura en el caso León, si pasa lo que quiere FIFA, la prioridad cambiará radicalmente.
RGS