Francia y Alemania condenan "firmemente" los ataques de Irán contra Israel Infobae
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, han condenado "firmemente" este domingo los ataques ejecutados con drones y misiles por Irán contra Israel y han pedido una rebaja de las tensiones para evitar una expansión del conflicto en la región de Oriente Próximo. "Condeno en los términos más firmes el ataque sin precedentes lanzado por Irán contra Israel, que amenaza con desestabilizar la región", ha dicho Macron en su cuenta en la red social X, donde ha reiterado el "compromiso" de París "con la seguridad de Israel, los socios y la estabilidad regional". "Francia trabaja para con los socios para una desescalada y pide contendión", ha agregado. Por su parte, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, ha recalcado que Scholz condena "en los términos más enérgicos posibles" los ataques de Irán. "Irán está corriendo el riesgo de una conflagración regional con este ataque irresponsable e injustificable", ha recalcado tras la llegada del canciller alemán a la ciudad china de Chongqing para una visita de tres días en el gigante asiático. "En estas horas difíciles, Alemania está al lado de Israel. Ahora discutiremos de cerca nuevas reacciones con nuestros socios y aliados del Grupo de los 7", ha manifestado Hebestreit. Scholz ha sido informado de los ataques cuando volaba hacia China, según personas de su entorno citadas por la agencia alemana de noticias DPA. Horas antes, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, había condenado los ataques de Irán y advirtió de que "podrían sumir a toda una región en el caos". La titular de la cartera alemana presidirá hoy en Berlín una reunión del centro de crisis del Gobierno para analizar la situación en Israel. Irán ha defendido que estos ataques son parte de una respuesta legítima y de su derecho a la "autodefensa" tras el bombardeo ejecutado recientemente contra su Consulado en la capital de Siria, Damasco, achacado a Israel y que se saldó con la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.
