¿Qué dice la Biblia sobre los eclipses? Infobae
Los eclipses son fenómenos astronómicos que han suscitado fascinación, mitos y diversas interpretaciones a lo largo de la historia. Hoy en día siguen siendo tan populares como lo fueron en el pasado y aunque muchas personas les dan diferentes significados, se trata de un evento que puede ser perfectamente explicado a través de la ciencia y que, por cierto, ocurrirá nuevamente este 8 de abril, para alegría de los expertos, aficionados y curiosos.
No obstante, dentro de este amplio espectro de creencias y análisis, tenemos también a las religiones que han tratado de dar su punto de vista sobre los eclipses. Remitiéndonos, específicamente, al caso del cristianismo, este cuenta con la Biblia como su principal pilar y precisamente a lo largo de sus páginas se puede encontrar algunas referencias a los eclipses; sin embargo, la perspectiva de este milenario libro causa cierta extrañeza y hasta temor en quienes se acercan a examinarlo ya que contiene principalmente una visión profética al respecto.
La biblia y los eclipses
Uno de los pasajes más conocidos sobre los eclipses en la Biblia se puede encontrar en el Nuevo Testamento, en el libro de Apocalipsis.
El capítulo 6, versículos 12 al 14, menciona lo siguiente: “Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre. Entonces las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra como los higos verdes que caen de un árbol cuando es sacudido por el fuerte viento”.
Por otro lado, también se tienen otros pasajes, como el que está contenido en el libro de Isaías, que además causa un poco de temor ya que, lejos de remitirse únicamente a la destrucción de Babilonia que se presagiaba por aquellos días, también habla en un tiempo profético que da cuenta de las alteraciones astronómicas que precederán al ‘Día del Señor’, que según la tradición cristiana, es el momento en el que Jesús volverá por segunda vez y el mundo será juzgado por su maldad.
“Pues miren, el día del Señor ya viene, el día terrible de su furia y de su ira feroz. La tierra quedará desolada, y con ella los pecadores serán destruidos. Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará”, precisa Isaías capítulo 13, versículos 9 y 10.
Vale resaltar que, aunque estas profecías no mencionan directamente la palabra eclipse, sí hacen referencia a estos, según se desprende de la descripciones que hacen referencia a elementos como la luna, el sol y las estrellas.
Otras referencias se encuentran libros del Antiguo Testamento como Joel, donde explica “delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor”, o Ezequiel, que precisa: “Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor”.
Cabe agregar que en los Evangelios, que narran los días de Jesús en la tierra, también se menciona este fenómeno que oscurecerá la tierra. Una porción extraída del evangelio de Marcos menciona:
“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.
Como se aprecia, la Biblia no es ajena a este evento. Por otro lado, vale precisar que para los que profesan la religión, pese al tono profético, la segunda venida de Cristo o el ‘Día del Señor’ que se menciona en el texto y que va precedido por estas alteraciones astronómicas, representa también esperanza de una vida eterna con Jesús.
¿Se podrá ver el eclipse solar total en Perú?
Desafortunadamente, en esta ocasión el eclipse no se podrá ver en Perú, ya que, según informó la NASA, la fase total del fenómeno astronómico cruzará por México, Estados Unidos y Canadá, mientras que en su fase parcial (una parte del Sol cubierta por la Luna) se verá en Centroamérica, el Caribe, el norte de Colombia y el extremo oeste de Europa.
