Dejar la polarización atrás Excelsior

En un mundo cada vez más polarizado, el arte puede desempeñar un papel importante en la promoción del entendimiento y la empatía.
Las películas, las obras de teatro, la música y otras formas de arte pueden ayudarnos a ver el mundo desde la perspectiva de los demás, incluso de aquellos con quienes no estamos de acuerdo.
Películas como Dejar el mundo atrás  Don’t look up son ejemplos de cómo el arte puede abordar temas complejos y controvertidos.
Estas películas no ofrecen soluciones fáciles a los problemas de la polarización social, pero sí nos hacen pensar sobre las consecuencias de este fenómeno.
Tal vez el arte sea la única herramienta que tenemos para romper el círculo vicioso de la polarización.
El arte puede ayudar a vernos a nosotros mismos y a los demás con más compasión y comprensión.
Cuando esto suceda, estaremos un paso más cerca de construir una sociedad más justa y equitativa.
Éstas y otras películas o series emergen como metáforas potentes de una sociedad al borde del abismo, donde la polarización amenaza con ser la antesala de un colapso inevitable.
En un momento en el que la retórica política parece más ácida y efervescente que nunca, estas obras cinematográficas no sólo nos ofrecen entretenimiento, sino también una reflexión profunda sobre los peligros de la división y la ceguera colectiva.
Dejar el Mundo Atrás, dirigida por Sam Esmail y producida por los Obama, se sumerge en un thriller apocalíptico donde la desconexión y la desconfianza se entrelazan en una trama que pone a prueba la fragilidad de las relaciones humanas.
Julia Roberts, en una actuación estelar, encarna la sensación de aislamiento y temor que se apodera de una sociedad atrapada en su propia desconfianza.
La película plantea la pregunta inquietante: ¿Cuándo dejamos de ver al otro como parte de nuestro mundo?Otro ejemplo, Don’t Look Up, dirigida por Adam McKay y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, lleva la sátira a nuevos niveles al abordar la negación colectiva ante una amenaza inminente.
La historia, centrada en un cometa que se dirige directamente hacia la Tierra, sirve como espejo de nuestra incapacidad para reconocer y abordar problemas cruciales como el cambio climático cuando estamos ocupados en nuestras propias luchas internas.
La película ilustra de manera aguda cómo la polarización puede cegarnos ante las señales más evidentes de peligro.
En un contexto político global donde la polarización se ha convertido en una fuerza abrumadora, estas películas actúan como espejos incómodos que reflejan nuestras propias contradicciones y peligros.
La incapacidad para comunicarnos, más allá de las líneas partidistas, la desconfianza en las instituciones y la negación de amenazas evidentes son temas que resuenan en estas historias ficticias, pero, lamentablemente, también en nuestra realidad.
La polarización, como el subtexto central en estas películas, nos invita a la reflexión.
¿Hasta qué punto nuestras diferencias nos están dividiendo más de lo que nos están uniendo? ¿Somos capaces de reconocer la urgencia de los desafíos que enfrentamos como sociedad, o estamos demasiado ocupados enzarzados en nuestras propias luchas ideológicas?En un mundo donde los discursos políticos parecen incapaces de tender puentes y cualquier intento sólo agrava las divisiones, el arte cinematográfico emerge como un catalizador de reflexión.
Estas películas, más allá de su entretenimiento superficial, nos instan a mirar más allá de nuestras diferencias y reconocer la humanidad compartida que yace en el corazón de cualquier sociedad.
Si la política no puede proporcionar el discurso efectivo para detener la polarización, quizás el séptimo arte tenga la capacidad de tocar las conciencias y recordarnos que, al final del día, compartimos el mismo planeta y estamos todos juntos en este viaje hacia lo desconocido.
La deshumanización y el menosprecio por quien piensa distinto destruye el tejido social.
La indiferencia, la cancelación y la apatía son tan peligrosas como la virulencia ideológica.
Ojalá estos llamados fílmicos a recapacitar y tender puentes encuentren eco en algunas conciencias.
De lo contrario, el “fin del mundo” que plantean dejará de ser una analogía para volverse una autocumplida profecía para la humanidad.
 Columnista: Yuriria SierraImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0