Científicos explican la importancia de estudiar el cerebro de asesinos seriales como Luis Alfredo Garavito Infobae

Luis Alfredo Garavito, uno de los criminales y depredadores de niños más temidos en la historia del país, un hombre que asesinó y abusó sexualmente a cerca de 200 menores, va a cumplir un mes de fallecido.

Tras la muerte de La Bestia, como también era conocido, el 12 de octubre de 2023, mucho se especuló sobre el futuro de su cuerpo sin vida, pues desde la fecha de su deceso no era claro qué iba a pasar con sus restos.

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Aunque el 28 de octubre se supo que un sobrino del fallecido presentó el documento necesario para proceder con la entrega del cuerpo y posterior cremación, han crecido los rumores sobre la posible extracción de su cerebro con el fin de realizar varios estudios científicos sobre patrones de comportamiento asociados a trastornos mentales como la psicopatía o desordenes de personalidad.

Esta información no ha sido confirmada por una institución oficial; sin embargo, varios científicos han manifestado la importancia de realizar estudios sobre el cerebro de Garavito.

Y es que, en lo que respecta del perfil psicológico de Luis Alfredo Garavito, entrar en la mente de un criminal de su tamaño puede ser difícil, pero ha despertado el interés de muchas personas, quienes buscan entender que lo motivó a cometer semejantes vejámenes.

De acuerdo con un artículo científico titulado: ¿Qué puede decirnos la neurociencia sobre la mente de un asesino en serie?, publicado por la Oxford University Press, un aspecto desconcertante de las mentes de los asesinos en serie es el hecho de que parecen carecer o pueden anular las respuestas emocionales que permiten identificar el dolor y el sufrimiento de otros y empatizar.

Una posible explicación de esta conducta la da, en el artículo, John Parrington profesor asociado de farmacología molecular y celular en la Universidad de Oxford y profesor de medicina en el Worcester College de Oxford.

Su último libro, Mind Shift (Cambio de mentalidad, en español), se basa en las últimas investigaciones sobre el cerebro humano para mostrar cómo se diferencia sorprendentemente del de otros animales en su estructura y función a nivel molecular y celular.

Parrington, basado en un estudio reciente de imágenes cerebrales, mostró que los psicópatas criminales “tenían una conectividad disminuida entre la amígdala (una región del cerebro que procesa estímulos negativos y aquellos que dan lugar a reacciones de miedo) y la corteza prefrontal, que interpreta las respuestas de la amígdala. Cuando la conectividad entre estas dos regiones es baja, el procesamiento de estímulos negativos en la amígdala no se traduce en emociones negativas intensas”.

Lo anterior, señala, puede explicar por qué los psicópatas criminales no se sienten culpables por sus acciones ni tristes cuando sus víctimas sufren.

En entrevista con Infobae Colombia, la doctora Heydy Luz Chica Urzola, psiquiatra forense con más de 20 años de experiencia, mágister en neurociencias y biología del comportamiento, y en medicina del sueño, señala que, desde el punto de vista psiquiátrico y psicopatológico, Luis Alfredo Garavito padecía de un trastorno antisocial de la personalidad.

Hoy, muchos se siguen preguntando si Garavito era un verdadero psicópata. La experta definió esta condición como “el tener un trastorno de la personalidad que puede afectar a otras personas”. Y, aunque señala que quienes padecen de trastornos de la personalidad pueden llegar a ser psicópatas, solo aquellos que son antisociales, como Garavito, tienen alta probabilidad de ser sociópatas.

Por lo anterior, Garavito es descrito como un psicópata, sociópata y perverso. Y su perversión era la pedofilia.

Para la psiquiatra forense, las experiencias negativas en niños y adolescentes pueden influir en los comportamientos en edades adultas y son moduladores de las conductas psicópatas.

Pero aclaró que, aunque dichas experiencias negativas influyen, no son determinantes en la generación de conductas asociadas a la psicópata, el sadismo y/o el infanticidio.

Sin embargo, en el caso de Garavito, al haber sido una persona antisocial, “tenía más acervo fisiopatológico y anatómico de ser psicópata y desarrollar conductas criminales”, por lo que estudiar el cerebro humano puede ayudar a entender mejor la estructura y función de este órgano asociado a los comportamientos en asesinos seriales como lo fue La Bestia.