Adelfo Regino protege a su hermano acusado de violencia de género Acierta

Carmen Martínez.

Aprovechándose de la necesidad de Adriana Hernández para conseguir un trabajo, Francisco Regino Montes le pidió favores sexuales a cambio de que permaneciera como empleada del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en el municipio de Tlacolula de Matamoros, ejerciendo así violencia de género en contra de la mujer.

Y lejos de obtener el apoyo de la dependencia federal, Adriana ha encontrado cerrazón y nula atención a su caso, toda vez que su agresor goza de impunidad al ser hermano del titular del INPI, Adelfo Regino Montes; por lo que ha decidido alzar la voz públicamente para que se le haga justicia.

“En noviembre del año 2018, Francisco Regino Montes me invita a trabajar en el INPI y en diciembre de ese mismo año me pide apoyar en un Foro de Consulta Indígena en la ciudad de Oaxaca, para lo que me pide reportarme en el Centro de Convenciones con Melina Sosa, quien estaba coordinando el evento”.

“Es hasta agosto de 2019 cuando nuevamente me solicita apoyar en un foro de la Ciudad de México, y es personal del INPI, a través de Max Vásquez, quien me hace entrega de mis boletos de autobús; a mi regreso, Francisco Regino me da instrucciones de reportarme con Primo Aquino, quien era director del Centro Coordinador de Tlacolula y quien ya tiene sus instrucciones para incorporarme en ese lugar”, hecho que ocurre hasta febrero de 2020.

Sin embargo, todo cambió para Adriana en enero de 2021, cuando empieza a ser acosada por Francisco Regino Montes, al realizarle preguntas “muy personales” mediante mensajes de WhatsApp “que no respondo, pero que al día siguiente recibo una llamada pidiendo disculpas y pidiendo que borre sus mensajes, disculpándose porque se encontraba en estado de ebriedad en el momento de enviarlos”.

Posteriormente, en febrero de ese mismo año, Adriana es citada a las oficinas del INPI en la ciudad de Oaxaca, donde Francisco Regino le pide su colaboración para un proyecto en beneficio de un familiar, “pero que no puede solicitar el proyecto en Ayutla porque ahí tiene un proyecto de café, yo le dije que no podía hacer eso pues no tenía las facultades”.

Por temor a su trabajo, Adriana se negó a elaborar dicho proyecto, y fue a principios del siguiente mes cuando Primo Aquino presentó una serie de inconformidades sobre obras de carreteras a cabeceras municipales, por lo que Francisco Regino le pide a la mujer enviarle la información y monitorear a las comunidades; a cambio, le prometió postularla para reemplazar al director del Centro Coordinador de Tlacolula.

“Me solicita documentación digital y se la envío, pero su respuesta fue ‘qué me vas a demostrar y hacemos trato’, refiriéndose a proposiciones sexuales, situación a la que no accedí y dos días después me pide entregarle físicamente mi documentación y la cita es en el restaurante del Hotel Victoria; se encuentra en compañía de la misma persona a la que se beneficiaría con el proyecto que me había solicitado y que me negué a elaborar”.

“Esta vez me envía mensajes diciéndome que no me cotice y que debo tomar whisky o mezcal con la otra chica a lo que me negué, en sus mensajes me dice que conviva con ella y que él se va a encargar de contratar sexoservidores para irnos todos a su habitación, que yo tengo que convencer a la otra chica y que él va a ser espectador, que de eso depende mi permanencia en el INPI; nuevamente me niego y abandono el lugar, después de eso me vuelve a llamar nuevamente ofreciendo disculpas, y pidiéndome que esté pendiente porque me van a llamar de oficinas centrales y que probablemente tenga que ir para ver lo del nombramiento”.

Varios meses después, Adriana sigue a la espera de ocupar el nuevo cargo, cumpliendo con sus funciones actuales, y el 16 de junio Francisco Regino le vuelve a solicitar que coordine actividades con Baltazar Matías Imeldo, quien es responsable de los programas de Bienestar para los Pueblos Indígenas en Oaxaca.

Posteriormente, en agosto de 2021, Francisco Regino la cita en el presunto departamento de su hermano Adelfo, ubicado en la agencia de Donají de la ciudad de Oaxaca; “al llegar me comenta que tiene Covid, yo le reclamo por el probable contagio y él se encuentra solo en el lugar, me dice que por el Covid no se me puede acercar pero me ofrece un consolador de plástico, lubricantes, entre otras cosas, y me pide que los use estando él presente, delante de él, le dije que no, le dije que necesitaba ayuda y nuevamente salí del lugar”.

Dos días después, nombran a otra persona a cargo del Centro Coordinador de Tlacolula, mientras que a Adriana le solicitaron entregar sus expedientes y documentación de los proyectos que manejaba, además que se le prohíbe participar en actividades públicas, en tanto que a sus compañeros les ordenan no compartirle información sobre proyectos y se le reubica en una oficina donde sus actividades se limitan a sacar copias y escanear documentos.

“El 19 de diciembre del año 2021, después de buscar sin éxito a Adelfo Regino, le envié un correo electrónico con la esperanza de que él o su secretaria se comunicaran conmigo y poder tener una reunión; sin embargo, después de algunos días, es Francisco Regino quien me hace una llamada reclamándome porque estoy buscando a su hermano, y me pide que borre sus mensajes, esta vez en un tono agresivo y me amenaza para que borre esos mensajes porque me puedo arrepentir”.

Ante tal situación, Adriana decidió buscar ayuda en otros funcionarios, uno de ellos fue Gerónimo López Marín, quien es titular de la Representación del INPI en Oaxaca, mismo que en octubre de 2022 le pidió tiempo para hablar con Adelfo Regino; fue hasta febrero de 2023 cuando le volvió a plantear su problema, “se disculpa por haberlo olvidado y me pide nuevamente tiempo”, y fue hasta un mes después que el funcionario le dice que “es imposible que yo pueda hablar con Adelfo Regino y que duda que se pueda hacer algo puesto que Francisco Regino no tiene relación con el INPI y que yo ya no soy colaboradora”.

También, Adriana se acercó a la diputada federal Irma Juan Carlos “y al igual que Gerónimo López Marín, me pide esperar, sin embargo hasta el momento no hay respuesta; el primero de mayo de 2023, con el apoyo de un amigo que colabora todavía en el INPI, conseguí una reunión con el licenciado Hugo Aguilar, coordinador general de Derechos Indígenas del INPI y me reiteró que poco o nada se podía hacer, y que no duda que hayan funcionarios que le hagan favores a Francisco Regino por tratarse del hermano del director, pero que no hay sanción aplicable para nadie, y que lo único que podía prometerme era se palabra de que mi queja llegaría a donde quiera que llegue”.

Hasta el momento, la única persona que atendió su caso fue Arturo Peimbert Calvo cuando era fiscal del Estado de Oaxaca, quien le dijo que daría proceso a su situación, “por primera vez alguien me escuchó, sentí que fui escuchada”; desafortunadamente, días después renunció a este cargo y su caso quedó a la deriva.

Por este motivo, Adriana decidió alzar nuevamente la voz para que el propio Adelfo Regino dé la cara por las prácticas que realiza su hermano utilizando el nombre del INPI, para beneficio de sus propios familiares, además de aprovecharse de la necesidad laboral de las mujeres a cambio de favores sexuales.

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