Élite empresarial coopta la salud pública en México Editorial Aristegui Noticias

Por: Claudia Ocaranza y Omar Escamilla*

Lejos de la narrativa de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) de “ser un referente técnico-científico en la generación de ideas, reflexiones y fórmulas para elevar el estándar y equidad en salud”, según expertos y expertas entrevistadas por Empower, la Fundación interfiere en la salud pública. Su entrecruzamiento con las élites empresariales, así como la cercanía con funcionarios y exfuncionarios del sector salud, le han permitido empujar políticas que benefician los intereses privados de sus asociados sobre la salud de los y las mexicanas.

Las industrias que participan en Funsalud son clave para el país y van desde la farmacéutica, hospitalaria, comercial y alimentaria hasta la de seguros. Personajes relacionados a ellas, empresas a título personal, instituciones y organizaciones de la sociedad civil son los asociados de la Fundación, tales como los Slim y los Baillères, dos de las familias más poderosas en México y con empresas en diversas de esas industrias.

“Hay varios riesgos de que una organización representada por la industria y que tenga el peso que tiene Funsalud participe en la generación de políticas públicas, porque lo hace a su modo y para su beneficio”, dijo a Empower Christian Torres, coordinador del área de Conflicto de Interés de la organización mexicana El Poder del Consumidor, que recientemente presentó el nuevo documental El peor de los mundos, sobre la captura corporativa que, impulsada por Funsalud, frena legislaciones para regular el tabaco, el alcohol y los alimentos procesados.

Constituida en 1985 por 21 empresarios mexicanos y extranjeros, la Asamblea General de Asociados (AGA) es el órgano de mayor importancia dentro de Funsalud, desde donde las decisiones son tomadas y donde convergen los intereses privados y las iniciativas propuestas a los gobiernos.

Se puede ser parte de la AGA de diferentes formas, como asociado fundador, activo, honorario, como empresa u organización. En 2021, los asociados donaron 12,654,442 pesos, un 4.97% más que en 2020, siendo la mayor fuente de ingresos para Funsalud. En su informe anual establece a la COVID como un factor que no afectaría a sus operaciones, pues su asociados, al dedicarse al sector salud, “incrementaron su actividad comercial”.

En años recientes la AGA ha sufrido salidas debido a fallecimientos y sustituciones de representantes de empresas y familias de élite. A febrero de 2023, la conforman 61 asociados fundadores, activos y honorarios, 22 empresas y 4 asociaciones, entre las que destacan grandes empresas como Bimbo (BMV:BIMBO), Nestlé (BMV:NESN), Nadro, Sanofi Aventis de México (BMV:SNY) y Novartis Farmacéutica (BMV:NVS), entre otras.

Elaborado por Empower

Además, están las empresas que tienen representación indirecta a través de los asociados de Funsalud, como Grupo Empresarial Ángeles con Olegario Vázquez Aldir, hijo del también empresario Olegario Vázquez Raña; Grupo Nacional Provincial (BMV:GNP) con Alejandro Baillères; Grupo Financiero Inbursa (BMV:GFINBUR) con Marco Antonio Slim; y Kimberly-Clark de México (BMV:KIMBER) con Claudio X. González, entre otros.

Alberto Baillères González, fundador de Grupo Bal, que aglomera a la minera Industrias Peñoles, la aseguradora GNP y tiendas como Palacio de Hierro, fue parte de la AGA hasta su muerte en 2022. Actualmente, Alejandro Baillères Gual, su hijo, es un asociado activo en Funsalud.

Del lado de los Slim, tanto el magnate fundador de América Móvil (BMV:AMX), Carlos Slim Helú, como su hijo, Marco Antonio Slim Domit, presidente de Inbursa, forman parte de la AGA como asociados activos.

Carlos Slim estuvo involucrado en un ejemplo de interferencia –es decir, la intervención de un actor privado para determinar los asuntos públicos poniendo sus intereses primero– por parte de Funsalud, cuando, en 2004, Julio Frenk, asociado de la Fundación y entonces secretario de Salud (2000-06), intentó llegar a un convenio con empresas de la industria tabacalera, como Philip Morris, para que por cada cajetilla se donara un peso para el Seguro Popular. En ese entonces, Slim tenía una participación en Philip Morris. El escándalo le costó a Frenk su candidatura para dirigir la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque luego pasó a las filas del Instituto Carso para la Salud, que pertenece a Carlos Slim.

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Claudio X. González Laporte, presidente de Kimberly-Clark y miembro de los consejos directivos de varias empresas en México, entre ellas, Grupo Carso (BMV:GCARSO) desde hace 28 años, también forma parte de la AGA, que ayudó a fundar en 1985. González Laporte es uno de los mayores representantes del entrecruzamiento corporativo en México, la tendencia en la cual las empresas comparten accionistas y miembros de sus consejos de administración para ganar más poder e influencia sobre las decisiones económicas y políticas del país, de acuerdo con la organización PODER. Ese entrecruzamiento ha servido a Funsalud para consolidarse en el sector de la salud pública.

Para Adriana Rocha Camarena, coordinadora de proyectos con sociedad civil de la consultora en asuntos políticos Polithink, que Funsalud aglomere a empresas de distintas industrias hace que su prioridad sea proteger la venta, comercialización o distribución de los productos de sus asociadas.

“El hecho de que Funsalud sea una organización o un grupo de industrias de distintos sectores intentando incidir o participar en la generación de política pública lo que nos hace ver, y de lo que tenemos evidencia a lo largo de los años, es que sí lo han hecho pero con la intención de que aquellos distintos productos de cada una de las industrias que la conforman no se vean afectados o dañados por las políticas públicas. Es el clarísimo ejemplo de interferencia de las industrias en la generación de reglamentos, programas, etcétera”, dijo en entrevista con Empower.

A un correo de solicitud de entrevista hecho por Empower, América Móvil respondió que “por parte de la Fundación Carlos Slim, la colaboración con Funsalud es en carácter de asociados”. Grupo Bal y Kimberly-Clark no respondieron a las solicitudes de entrevista.

Red empresarial

Además de las poderosas familias, Funsalud guarda una estrecha relación con otros grupos de poder económico, como el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), donde también se encuentran los Slim, los Bailléres y Claudio X. González —que ha presidido el CMN en cuatro ocasiones—, entre otros empresarios.

Cinco hombres que ya murieron, y fueron parte del CMN como miembros de familias fundadoras de grandes empresas o presidentes de las mismas, también fueron fundadores de Funsalud.

Se trata de Gilberto Borja Navarrete, presidente de Empresas ICA (BMV:ICA) y muerto en 2007; Jerónimo Arango Arias, fundador de Grupo Cifra y finado en 2020; Lorenzo Servitje Sendra, fundador de Grupo Bimbo y muerto en 2017; Ignacio Aranguren Castiello, miembro de la familia fundadora de Grupo Arancia y finado en 2022; y Enrique Robinson Bours, de la familia fundadora de Industrias Bachoco y muerto en 2020.

Actualmente, Funsalud y el CMN realizan en conjunto el proyecto “Compromiso por la salud”. Mientras que, además de Claudio X. González, Alejandro Baillères, Carlos Slim Helú y Marco Antonio Slim Domit, que repiten membresías en Funsalud y el CMN, Pablo Escandón Cusi, presidente ejecutivo de la firma Nadro y presidente del consejo directivo de Funsalud, es también miembro del CMN.

Elaborado por Empower

En 2016, Escandón estuvo involucrado en una simulación de compraventa entre Nadro y Marzam, dos de las distribuidoras de medicinas más grandes del país, cuando Marina Matarazzo, esposa de Escandón, prestó 83 millones de dólares al fondo holandés Moench Coöperatief y a Luis Doporto, quien durante la pandemia negoció para vender la vacuna CanSino a México, a través de una empresa offshore para comprar Marzam. El proceso fue detenido ante investigaciones periodísticas y de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), pues habría significado que Escandón Cusi quedara como controlador de facto de Nadro y Marzam, provocando un monopolio.

En otro caso, en agosto de 2021, la COFECE multó a ambas distribuidoras, junto con otras tres y a 21 personas, por la simulación de rivalidad entre ellas durante más de una década para cobrar de más al mercado mexicano. La revista Proceso dio a conocer que Pablo Escandón Cusi fue uno de los multados y que en la investigación fueron notificados Héctor Valle Mesto, presidente ejecutivo de Funsalud y Alejandra Escandón Matarazzo, directora de mercadotecnia de Nadro, asociada de Funsalud e hija de Escandón Cusi y Marina Matarazzo.

Olegario Vázquez Aldir, presidente de Grupo Imagen, es otro caso de un empresario que forma parte de la AGA de Funsalud al mismo tiempo que es parte del CMN, como presidente del Grupo Empresarial Ángeles, matriz del Hospital Ángeles.

Además del empresariado, otro de los pilares para el funcionamiento de Funsalud es su relación con gobierno y funcionarios dentro del ramo de la salud. Cuatro exsecretarios y una exsecretaria de Salud han sido asociados de Funsalud, entre ellos José Nadro Robles y Mercedes Juan López.

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De los 19 exservidores públicos de alto perfil detectados por Empower que han sido asociados en Funsalud desde 1985, cuatro son todavía miembros de la AGA: Fernando Cruz del Bosque, exdirector ejecutivo de Cooperación Internacional en PROMÉXICO; Eduardo González Pier, que fue director de finanzas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 2010 y fue presidente ejecutivo de Funsalud en marzo de 2013, dos meses después de terminar su cargo en el sector público; Mercedes Juan López, exsecretaria de salud; y Patricio Enrique Caso Prado, director de administración del IMSS en 2017 y actual director de asuntos con el gobierno de Coca-Cola Company.

Elaborado por Empower

También Ricardo Bucio Mujica, expresidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y actual presidente del Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI), y Jesús Reyes-Heroles González Garza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex) entre 2006-09, fueron asociados de Funsalud hasta hace un par de años.

Las áreas de trabajo, además del Fondo Nestlé

Más allá de sus asociados, la Fundación ha sido conocida por su relación con el Fondo Nestlé para la Nutrición para temas de hábitos alimentarios, lactancia materna y salud infantil. Nestlé fue una de las primeras empresas que hizo una alianza con Funsalud para diseñar las currículas de las facultades de medicina y nutrición de universidades públicas. La unión siguió y se fortaleció. Carlos Eduardo Almeida, el enlace entre Nestlé y la Fundación, salió de la AGA de Funsalud, pero la cercanía entre ambas entidades persiste.

De acuerdo con El Poder del Consumidor en el documental El peor de los mundos, Funsalud y sus asociados, específicamente Nestlé, han bloqueado iniciativas en México como el Código Internacional de Sucedáneos de la leche materna, que busca contrarrestar la venta masiva de productos como la leche en polvo para bebés, uno de los productos estrella de Nestlé.

Nestlé no estuvo disponible para una entrevista solicitada para este reportaje antes del cierre del mismo.

Con la ayuda de sus miembros, Funsalud también trabaja en torno a otras cinco áreas estratégicas: nuevas tecnologías, calidad en atención, universalidad y competencia en salud, alimentación y hábitos saludables, y el Observatorio Mexicano para la Inteligencia y la Investigación en Salud (OMINIS). En algunas de ellas ha sido activa para investigar y cabildear a favor de diversas políticas públicas para el sector salud en México, al tener en sus consejos promotores a asociados de Funsalud que forman parte de entidades públicas y privadas, así como algunos funcionarios del sector salud y académico.

Esos espacios sirven también para posicionar mensajes y estrategias de las empresas y los empresarios que conforman Funsalud. “Han moldeado el discurso de la política pública de la salud en México”, dijo Torres.

En “nuevas tecnologías” la Fundación trabaja temas de tele salud o tele medicina a través de un consejo promotor que incluye a Héctor Valle Mesto, presidente ejecutivo de Funsalud y directivo de la firma de capital privado XB Ventures; Guadalupe Guerrero Avendaño, directora del Hospital General de México; Adrián Pacheco López, director de Telesalud del Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC), órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud; Luis Calderón, director de Biogen Latam; y María Constanza Losada, directora ejecutiva de la farmacéutica Pfizer México.

Además, Roberto Tapia, de la Fundación Carlos Slim, también es integrante del consejo promotor del área de nuevas tecnologías. El 17 de marzo de 2022 se celebró la primera reunión de dicho consejo, en la cual se habló de un “proyecto de telemedicina para pacientes con COVID-19 prolongado y las actividades en torno a temas regulatorios del ecosistema de salud digital, genética, biobancos, medicina regenerativa, data driven y bases de datos genómicos, entre otros”.

En tele medicina, Funsalud, junto con 63 empresas, organizaciones e instituciones, entre ellas Fundación Carlos Slim, Google, Apple, Novartis, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Canifarma, quiere impulsar una “Ley Digital en Salud” para agregar un capítulo en materia de salud digital en la Ley General de Salud, de acuerdo con el informe de 2021 y el programa de trabajo para 2022 de la Fundación.

“El hecho de que tenga a empresas como Google, Apple y la Fundación Carlos Slim nos hace pensar que tiene el interés de posicionar el tema de telemedicina para que sus asociados tengan ganancias, puedan tener acceso a contratos multimillonarios para dirigir la salud digital”, explicó Torres.

De acuerdo con Rocha, de Polithink, las políticas propuestas por Funsalud no siempre son negativas y están planteadas para ayudar a la población, pero no pueden ser completamente positivas por el origen desde quienes las plantean. “Lo que no es rescatable, lo que sí es muy cuestionable son las motivaciones porque al final las propuestas no van a poder llevarse más allá porque las motivaciones con las que se hicieron no son las adecuadas”, comentó.

Otra de las áreas de Funsalud que destaca por el entrecruzamiento corporativo es la de alimentación y hábitos saludables, que se enfoca en la generación de propuestas sobre obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles para emitir políticas públicas en salud y nutrición. En el informe de trabajo de 2021 de la Fundación se encuentra que el consejo promotor de esa área inició “trabajos para proponer la ‘Ley General de Alimentación y Nutrición’ y las ‘Guías de Alimentación’”.

Su consejo promotor está conformado principalmente por Eric Hágsater, actual presidente y asociado de Funsalud y presidente de la farmacéutica Grupo Chinoin, S.A. de C.V.; Patricio Caso Prado de Coca-Cola Company; Javier González, director de Bimbo; y Cecilia Atzimba Romero Gallegos, directora ejecutiva del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), otro de los grupos empresariales influyentes en México.

Los nuevos asociados

En el último año, se sumaron a las filas de Funsalud siete asociados y dos asociadas nuevas a la AGA. Algunos de ellos reemplazaron a quienes ya representaban a ciertas empresas, como José Eduardo Silva Pylypciow, director general de GNP.

Entre los de primer ingreso destacan perfiles que no son tan llamativos como aquellos de la vieja guardia y de la élite empresarial, como Carlos Slim o asociados al CMN. Para Rocha, esto obedece a las ramas de interés de Funsalud y al contexto político actual en México.

“El viraje de Funsalud a no hacer alarde de quiénes son sus integrantes tiene que ver con que no es algo necesariamente positivo en este gobierno y más bien podría funcionar como algo negativo. Por otro lado, está apostando a nuevos miembros que pueden aportar más a sectores como la tecnología, generación de vacunas, producción de medicamentos. Ahora es más atractivo vincularse con un sector de laboratorios o de investigación en farmacéutica”, explicó.

Los y las nuevas asociadas son: Cristian Javier Mazza, presidente de la Asociación Latinoamericana de Sistemas Privados de Salud; Luisa Irma Suárez Bautista, directora general de la farmacéutica Grupo Vitalmex; María Constanza Losada, directora ejecutiva de Pfizer México; Agustín Eduardo Zabulanes, director de Boston Scientific de México; Jesús Eduardo de la Vega Bustillos, director general de ventas de TV Azteca; Julio Uribe Barroso, director general de Reliable de México; Salvador Villalobos Gómez, presidente ejecutivo del Consejo de la Comunicación; y Mauricio Guizar Maguey, director general en México de Biogen, una empresa que investiga sobre terapias para pacientes con enfermedades neurológicas y neurodegenerativas.

Los convenios: ingresos e investigación

Funsalud sí tiene tratos con la UNAM. Empower encontró vía solicitudes de información que ambas entidades firmaron siete convenios de colaboración y donación entre 2000-21.

Por ejemplo, en 2020, la UNAM y la Fundación celebraron un convenio para “revisar que los protocolos de limpieza y sanitización con los que cuenta la empresa denominada Airbnb, cumplan con los estándares nacionales e internacionales, emitidos por las autoridades sanitarias respectivas”. Funsalud se comprometió a aportar 100,000 pesos a la Universidad. El convenio está firmado por Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, quien ha recibido reconocimiento por parte de Funsalud y es consejero del área de atención médica de la Fundación.

Durante la pandemia por coronavirus, la UNAM y Funsalud encabezaron el desarrollo de una herramienta para “cuantificar la demanda de equipo e insumos de los hospitales prioritarios del Gobierno Federal para la atención del COVID-19” como parte de la Iniciativa Juntos por la Salud.

Aunque los procesos de investigación son importantes y podrían parecer legítimos, “en los convenios de colaboración con estos centros de investigación, que no siempre son públicos, muchas veces lo que hay es las preguntas sobre lo que se tiene que investigar. Entonces, si bien ellos no interfieren en la recolección de datos, sí pueden interferir en la conducción de la investigación”, opinó Rocha.

La UNAM no es la única entidad dedicada a la investigación con la que Funsalud ha firmado convenios. Empower identificó al menos 55 convenios entre ambas firmados entre 2003-21, 21 de ellos con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), 11 con el Fondo Sectorial de Investigación en Salud y Seguridad Social (Conacyt-FOSISS) y 5 para donaciones de Funsalud al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, entre otros.

Con los convenios no sólo Funsalud otorga dinero; son también fuente de financiamiento para la Fundación. Se financia con recursos públicos a través de convenios en los que funge como administradora de fondos o donativos, de los que obtiene un porcentaje por su labor. En 13 de los convenios firmados con el INCMNSZ, Funsalud operó como administradora. En cinco de ellos obtuvo un porcentaje por su gestión.

Aunque los donativos sean utilizados para entidades públicas, como el INCMNSZ, la trazabilidad de los recursos es difícil de seguir una vez que entran a las arcas de Funsalud.

En 2011, Funsalud firmó dos contratos para administrar donativos recibidos por el Instituto Carlos Slim para la Salud para la construcción de un laboratorio de alta seguridad en el INCMNSZ. El monto de los donativos no se especifica en los contratos, pero se fija en un máximo de hasta 19.4 millones de pesos, de los cuales se contempla una erogación de 7.9 millones para las obras.

Es decir, Funsalud podría haber tenido un excedente de hasta 13 millones de pesos en los donativos recibidos del Instituto Carlos Slim, cuyo destino no se especifica. Al mismo, tiempo, según Rocha, la Fundación “busca esos convenios muchas veces para aprovechar la legitimación de esos centros de estudios o universidades”.

Al cierre de este reportaje, Funsalud no respondió a las solicitudes de entrevistas o comentarios hechas por correo de voz al número que aparece en su web. El correo de contacto que está en su sitio no está habilitado.

De acuerdo con Torres y Rocha, el hecho de que la narrativa sobre cómo se construyen las políticas de salud pública haya sido cooptada por Funsalud no es la más conveniente para la población mexicana. Coinciden en que la Fundación opera a través del entrecruzamiento corporativo para beneficiar su visión sobre la salud pública y con poca transparencia sobre sus intereses privados, en detrimento de iniciativas que realmente consideran el interés general de los y las mexicanas.

* Publicado originalmente por Empower