Cobijada por una fuerte red de madres víctimas de violencia vicaria, por la empatía de sus abogados y tras correr con la buena suerte de que las autoridades han hecho su trabajo sin corromperse, Alejandra Cano, recuperó finalmente, luego de 11 meses, a su pequeña hija, de tan solo seis años, en febrero pasado.
Fueron al menos tres los momentos clave en todo el proceso legal los que jugaron a su favor: en la audiencia inicial, él declaró haber sustraído a la menor; en las entrevistas, la niña señaló que el progenitor la alejó de su mamá; el peritaje concluyó que ésta fue violentada por su padre física y psicológicamente.
Hace casi un mes, sus vidas volvieron a florecer; Ale, al igual que el año pasado, le compró un ramo de rosas a su hija, bajo la promesa de estar siempre con ella, pero el camino no fue fácil, aunque todo ha valido la pena.
“Les puedo decir a todas las mamás que no dejen de luchar(…) el amor por un hijo puede más que cualquier otra cosa”, declaró en entrevista con 24 HORAS.
El 16 de marzo de 2022, Alejandra salió a atender algunos pendientes y cuando volvió, su expareja ya se había llevado a Victoria con él. Las amenazas convirtieron en realidad y pasaron al menos tres semanas para que la dejara verla.
Cano tomó la decisión de alejarse de su –entonces– pareja por cuestiones de violencia psicológica y económica. La respuesta de él fue “nos vemos en los juzgados”.
En un par de discusiones anteriores ya se había llevado a la niña, señales que hoy Ale ve como una alerta, “le doy este mensaje a todas las mamás: cuando hay una amenaza es porque tienen que activar todas las precauciones”.
Cuando el agresor le permitió ver a la menor fue bajo engaños, para luego inculparla de allanamiento de morada; eso las alejó de nuevo y en octubre un juez ordenó que podía visitarla. Allí, ella decidió iniciar un proceso legal por rapto.
Con la rabia, indignación, depresión y ansiedad a cuestas, siguió con el litigio y, a la par, emprendió un negocio. “El corazón duele, pero la lucha nunca muere”, sostuvo.
Aún resta que la Fiscalía dé parte a los juzgados familiares de sus visitas a la casa de Ale y Victoria, para que el juez emita el fallo.
Me siento sumamente orgullosa de lo que logré(…) mi deber, en este momento, es enseñarle a mi hija que ningún hombre puede hacerle lo que me hicieron a mí”
Alejandra Cano
víctima de violencia vicaria
LEG