Cocca y los machos alfa Excelsior

Si comparamos las repercusiones al momento del nombramiento de Martino con el actual de Diego Cocca, y proyectamos cómo evolucionó la relación del Tata con el entorno hasta los días de Qatar, es para preocuparse.
De ser recibido con los brazos abiertos, se fue como se fue.
¿Qué le deparará al bicampeón con Atlas que asumió envuelto de polémicas?Deberíamos separar a Cocca y sus capacidades de las desprolijidades que mostró el proceso de selección.
Por el bien colectivo del futbol mexicano, el nuevo Tri necesita arrancar con un entorno estable que le permita al técnico trabajar.
Por su andar en Atlas, muchos describen a Cocca como defensivo, pero su filosofía es difícil de encasillar con etiquetas dogmáticas; suele adaptar su modelo de juego a las capacidades de los jugadores, intentando que su equipo interprete colectivamente lo que pide cada rival y cada partido.
Hay que darle tiempo y no confundir exigencia con poner palos en la rueda.
“Como todos los demás, tengo mis fortalezas y debilidades, tengo una familia y amigos, tengo un trabajo que lo he estado haciendo lo mejor que puedo durante años, con seriedad, profesionalismo y pasión.
 Como todos los demás.
Yo también quiero vivir mi vida en libertad.
Sin miedos.
Sin prejuicios.
Sin violencia, pero con amor.
Soy homosexual y ya no quiero esconderme”.
Lo anterior transcribe las valientes palabras que pronunció el lunes en un video en sus redes sociales Jakub Jankto, un jugador del Getafe nacido en la República Checa que actualmente se encuentra jugando a préstamo en el Sparta de Praga.
Aunque por momentos seguimos dando pasos en falso, si observamos las muestras de solidaridad en Europa con el jugador, debemos reconocer cuánto ha evolucionado la sociedad si comparamos la liberadora declaración de Jankto con algunas manifestaciones de protagonistas del medio de hace tan sólo unos pocos años.
No pasó más de un lustro de que Javier Irureta, exjugador vasco y entrenador responsable de ensamblar el mítico Súper Depor de los años 90’, declarara: “El futbol siempre ha sido un deporte muy de hombres, muy de machos”.
No es cuestión de caerle con todo al bueno de Javo, seguramente, como nos sucede a muchos, estará atravesando estos años un proceso de desestructuración mental para, de apoco, ir soltando acervos culturales que nos condicionan el juicio en cuestiones que ya no les generan ningún tipo de conflicto moral, ni existencial, a las nuevas generaciones.
Chapeaux para Jankto, que demostró ser un macho de verdad.
 Columnista: Sebastián LuriImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0