Adonis y el poder renovador de la poesía Excelsior

Virginia Bautista/EnviadaGuadalajara.
– “El poema es el único lugar en este mundo donde siento absoluta libertad, en el que soy dueño de mí mismo, de mi voluntad”, comentó ayer el poeta y ensayista sirio Adonis (Ali Ahmad Said Esber), considerado el máximo exponente vivo de las letras árabes contemporáneas.
Quiero despertar ese sentimiento en el lector, para que sienta también esa libertad y esa voluntad”, afirmó en rueda de prensa con los medios mexicanos en el séptimo día de la 36 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la que participará hoy en el Salón de la Poesía y dictará mañana una conferencia magistral.
La poesía es el aire de este mundo, es el Sol de la existencia.
Mediante la poesía, renovamos y nos renovamos.
Vemos el mundo con nuevas imágenes, del mismo modo que nos vemos a nosotros renovándonos en el amor”, agregó el también filósofo.
La experiencia y la escritura poética siempre han sido una apertura al horizonte, un espacio abierto a la vida y al pensamiento.
La poesía nos enseña que la profunda identidad del ser humano no es sino un lugar o un camino abierto a ese horizonte.
En ese sentido, la poesía es esa identidad abierta al cambio, a la transformación y a la creación”.
Accesible, de buen humor y siempre hablando sólo en árabe, su lengua natal, a pesar de que domina el francés, el escritor de 92 años no rehuyó ningún tema: la condición de la mujer, el tiempo, el deseo, la muerte, el olvido, la soledad, la esperanza, Siria y hasta el Nobel de Literatura.
El autor de Adoniada, su libro más reciente, que define como una autobiografía intelectual y poética, destacó que “el ser humano ha nacido con la naturaleza, con las nubes, con los campos, con la montaña.
Y si el hombre pierde esa relación con la naturaleza, se pierde a sí mismo.
El conflicto profundo que vive hoy la humanidad es precisamente esa relación entre el ser humano y la naturaleza”.
Para Adonis, el tiempo es el espacio de los deseos.
“Yo, a mis años, he abandonado los deseos personales, los he dejado a un lado, y ahora sólo quiero que se creen nuevas relaciones en el horizonte que nos une hoy.
Es decir, deseos de libertad, de cultura y de democracia para todos los pueblos.
Los deseos íntimos y personales los dejaré para mí mismo.
Es tiempo de la interculturalidad, de la creación”, añadió.
Definido como un rebelde, como un iconoclasta que sigue sus propias reglas, el bardo que vive en Francia explicó su fascinación por el tiempo.
“El tiempo, entendido desde el punto de vista matemático, es números, segundos y minutos; pero en los momentos creativos es otra cosa totalmente distinta.
Cuando leemos a Homero, lo leemos como un documento histórico; sin embargo, cuando leemos su mundo poético, sentimos que él sigue viviendo con nosotros.
En este sentido, la poesía no tiene tiempo.
La poesía no forma parte del tiempo, sino el tiempo forma parte de la poesía.
Y así escribo”, expresó.
Sobre por qué prevalece la esperanza en su obra, confesó que “siempre anhelo tener al hombre abierto al futuro, a la creación, al cambio.
Es un camino abierto a la infinitud.
El poeta no comienza del vacío, forma sus versos con una materia que existe en este mundo, en el pasado y en el futuro.
Todo el universo existe en el cuerpo del poeta, no sólo en la cabeza”.
Accedió a definir los conceptos de muerte, olvido y silencio.
La muerte sólo tiene lugar en el regazo de la vida; no existe la muerte, sino que forma parte de la vida.
Si realmente quieres ser creador, tienes que olvidar todo; la mente siempre repite, por eso hay que olvidar.
El silencio es una rebeldía contra cualquier respuesta; el ser humano es una pregunta y, si olvida la pregunta, se olvida a sí mismo”.
Y respecto al Nobel de Literatura, para el que suena cada año, afirmó tajante que “el mejor premio que puede tener un creador es el poema.
No debe pensar en otra cosa que no sea el poema para poder describir este mundo.
Los premios son parte de la cultura, pero no tienen nada que ver con la poesía”.
Al final, Adonis firmó gustoso varios libros y se dejó tomar fotografías.
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