Lía Ruiz peleó su lugar en la UNAM y ganó Excelsior

CLAUDIA SOLERACIUDAD DE MÉXICO.
Después de un año, por fin un tribunal hizo justicia a Lía Ruiz, de 16 años, y ordenó a la UNAM inscribir de in­mediato a la joven en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco.
Excélsior documen­tó su historia en septiembre de 2021, pues a pesar de ha­ber obtenido 103 aciertos en la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), se le negó el lu­gar que ganó por puntaje, de­bido a que su certificado de secundaria fue expedido con un retraso de 14 días por la Se­cretaría de Educación Pública (SEP); estaba fechado el 23 de julio cuando el plazo máximo era el 9 julio.
Todo empezó el 26 de ju­nio de 2021, cuando hice mi examen de la Comipems y recibí mi puntuación de 103 aciertos.
Como tuve un pun­taje superior al que requerido para CCH Azcapotzalco, que era de 91 para ingresar, pensé que ya tenía mi lugar garanti­zado, sin embargo, cuando fui a inscribirme a la institución, me dijeron que no podían hacerlo porque mi certifica­do tenía una fecha diferen­te a la que ellos solicitaban y aunque argumenté, que eran sólo dos semanas de diferen­cia, no quisieron recibirme en la UNAM y me quedé todo un año sin estudiar”, con­tó Lía Ruiz, en entrevista con Excélsior.
Al recibir la negativa de la UNAM para inscribirse, Lía Ruiz optó por enfrentar un juicio de amparo para que las autoridades educativas res­petaran su derecho humano a estudiar y pelear en tribunales por el lugar que había ganado en el CCH Azcapotzalco.
Si se extendió más de un año el juicio de amparo para que la UNAM restituyera el derecho humano a la educa­ción de Lía fue porque en un inicio, la jueza Novena de Dis­trito en materia administrativa en la Ciudad de México, Dino­rah Hernández Jiménez, deci­dió desecharlo y argumentó que la autonomía de la UNAM, impedía al Poder Judicial, exi­gir a la institución universita­ria, la inscripción de la joven.
Pero gracias a la resolución de un tribunal de la CDMX del pasado jueves 1 de septiem­bre, se anuló ese argumento de la jueza Dinorah.
Con la resolución que emitió el décimo octavo Tri­bunal Colegiado de Circui­to, en manos del magistrado Juan Carlos Cruz, se ordenó, que de manera inmediata, la UNAM inscribiera a Lía en este ciclo escolar 2022-2023”, afirmó Rodolfo Martínez, re­presentante legal de Lía y so­cio del despacho de abogados Trusan & Roma.
Mientras transcurrió este juicio de amparo, ese año para Lía significó llorar casi todos los días, pues sus sueños se vinieron abajo en un instan­te, esos que había construido de manera automática, al leer el alto puntaje que obtuvo en la Comipems y habiéndose graduado con promedio de nueve de la secundaria.
Mi mundo se vino abajo, pues de un día para el otro me quedé sin escuela, sin amigos, sin estudiar, que es lo que más me gusta.
Fue horrible y viví una enorme frustración, por saber que todo se debía a una injusticia.
Fue muy traumático todo, la verdad”, confesó.
Sin embargo, para ella ren­dirse no era una opción, sabía que debía seguir su lucha en tribunales para obtener justi­cia.
También estaba conscien­te de que a otros alumnos les había sucedido lo mismo.
Iniciar un juicio de ampa­ro para mí significaba un acto de justicia, pues muchos otros niños, al igual que yo, pasa­ban por ésto y se tenía norma­lizado, lo cual no estaba bien, entonces yo decidí continuar con mi demanda y exigir que se respetaran mis derechos”, aseguró Lía.
Esa lucha de Lía ante los tribunales valió la pena, no sólo para ella, también para las nuevas generaciones, que no padecerán su misma histo­ria, pues a partir de este 2022, se cambiaron por fin los esta­tutos de la Comipems y se ex­tendió a dos meses la prórroga para la emisión de certifica­dos de secundaria, en lugar de julio, será hasta septiembre la fecha límite para ser fechados.
Excélsior documentó des­de 2020, historias de estu­diantes de excelencia, como las de Lía Ruiz, las de Lore­na González, Cristian Oyar­ce y Manuel Sánchez, que se habían quedado fuera de la UNAM, debido a los retrasos de la SEP en la expedición de certificados de secundaria, dejándolos sin estudiar en las preparatorias, que ganaron por puntaje en el examen de admisión y por promedio de secundaria superior a 9.
Estos alumnos, a excep­ción de Lía (hasta hoy) habían logrado recuperar su lugar, ya sea porque la UNAM directa­mente les restituyó su derecho a la educación, como lo hizo con Cristian Oyarce, luego de que Excélsior publicó su caso o porque un juez así lo deter­minó vía amparo, como en los casos de Lorena y Manuel.
La historia de Lía y de mu­chos otros jóvenes, que he­mos tenido en Trusan & Roma son emblemáticos, porque hemos logrado contribuir para que jamás un alumno de excelencia y con un resultado satisfactorio en el examen de la Comipems vuelva a ser re­chazado, por no contar con su certificado de secundaria de­bido a retrasos de la SEP”, ase­guró el abogado Martínez.
Las emociones encontra­das de Lía están a flor de piel, primero está sacudiendo toda esa tristeza y frustración de un año escolar perdido, pero también se siente muy orgu­llosa, porque la visualización de su caso legal y el de los otros alumnos de excelen­cia contribuyeron a que los estatutos del Comipems se flexibilizaran.
Ahora Lía sólo está en es­pera de que su nombre apa­rezca en la lista de alumnos de primer ingreso del CCH Az­capotzalco, pero eso podría tomar varias semanas más, hasta que el tribunal notifique su sentencia a la UNAM.
Por eso hago un llamado muy respetuoso a los señores rector Enrique Enrique Graue, así como al abogado general de UNAM, Alfredo Sánchez, para que apoyen a Lía en su inscripción y no se pierdan más semanas esperando la notificación de la sentencia”, argumentó el abogado.
Lía se imagina muy feliz ahora que vuelva a la escue­la, teniendo muchos amigos y estudiando, que es su gran pasión.
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