Llega títere a Morena de la CDMX Excelsior

 Previo a las elecciones de 2018, en algunas entidades del país el entonces aspirante de Morena a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, ordenó construir redes de promoción del voto que no estuvieran controladas por el partido.
Entre esas entidades sobresalían el Estado de México y el Distrito Federal, los dos territorios con más votantes en el país.
En la capital encargó el trabajo a uno de sus hijos; ya estaba decidido que Claudia Sheinbaum sería candidata a jefa de Gobierno sin esperar las encuestas internas.
En ese tiempo el dirigente de Morena en el DF era Martí Batres Guadarrama, en quien López Obrador nunca ha confiado, y por eso ordenó una red paralela al partido, creando cinco mil comités de promoción del voto en las 16 delegaciones.
El resultado no pudo haber sido mejor: en la capital ganaron prácticamente todo, dejando a la oposición herida de muerte.
Aunque hoy las condiciones son muy distintas, por el desgaste de la 4T como gobierno, se opta por una estrategia similar, pero con un dirigente a modo al frente.
Así es como llega a la presidencia de Morena en la CDMX Sebastián Ramírez Mendoza, cuyo único mérito es ser muy amigo de los poderosos en Palacio Nacional, con la instrucción de seguir al pie de la letra lo que se le ordene.
Nadie creyó eso de que los morenistas se inclinaron en forma unánime por un auténtico desconocido como su nuevo presidente capitalino, quien lo primero que ofreció fue organizar ¡cinco mil comités para promover los gobiernos de la 4T rumbo a 2024 en la ciudad!Con la designación de Sebas se asegura el control de la estructura electoral desde Palacio Nacional y, de paso, desactivan a los radicales que buscaban el partido, como Bertha Luján, madre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.
El nuevo dirigente moreno ha sido empleado de medio pelo en los gobiernos de la 4T e incluso en 2021 fue candidato a diputado local por Benito Juárez, pues aspiraba a ser el hombre fuerte de Sheinbaum en Donceles, pero fue apaleado por el panista Ricardo Rubio.
Curioso que, a pesar de haber sido un pésimo director de Comunicación Social del gobierno capitalino, ahora ofrezca organizar un sistema eficiente de difusión de las bondades morenas en la capital del país.
Pero el cuate no tiene la culpa, pues, a pesar que el sábado anterior la jefa de Gobierno declaró que debe haber distancia entre el partido y el gobierno, todo el mundo tenía claro que lo enviarían a ocupar otra de las muchas posiciones que la 4T le ha regalado.
Se va un dirigente de chocolate, como Tomás Pliego, a quien al menos se le reconoce su lucha política desde la izquierda, y llega un cuate con influencias, pero sin talento.
Asume un don nadie el partido oficial, con la única misión de tomar nota de lo que le ordenen, pues de política no sabe.
O sea, Morena se inclinó por imponer a un títere y de plano desactivar a los líderes de tribu.
 CENTAVITOS Por cierto, las tribus se repartieron el resto del pastel moreno así: Lourdes Paz, secretaria general, es de José Luis Rodríguez; Emiliano Álvarez, de Finanzas, de Batres; Ana Rodríguez, Organización, de Clara Brugada; Areli Castilla, Prensa, de Armando Quintero; Mujeres, Elena Segura, de Julio César El Nenuco Moreno; Iram Pérez, Formación Política, de Ariadna Montiel.
Bueno, hasta Rigoberto Salgado y José Carlos Acosta metieron chalanes.
Cualquier parecido de esta dirigencia con lo que fue el PRD es mera coincidencia, pues “no somos iguales”.
  Columnista: Adrián RuedaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0