La lucha interna en el Partido Acción Nacional NV Noticias
Edgard González Suárez
La coalición organizada por Claudio X. González vive momentos críticos, en los dos grandes partidos que la conforman, no solo por falta de proyecto, no solo por falta de discurso, sino también por que vive una crisis de liderazgo que evita, de todas las formas posibles, la posibilidad de verse representada dignamente en las próximas contiendas electorales en nuestro país.
Comencemos por el PAN, dicha crisis se ha visto acrecentada por una política sostenida en el discurso radical de corte emocional, más malformaciones idiosincráticas y que intenta seguir la estrategia mediática dictada por los principales cuadros dirigentes del VOX español.
Es decir, la dirigencia del PAN ha asumido como estrategia mediática dar la batalla cultural en contra de todo lo que parezca o sea de izquierda, progresista o incluso liberal social.
En dicha estrategia no solo caben la explotación discursiva de los errores gubernamentales, sino la saturación de la esfera pública con campañas de miedo, discriminación, racismo y mentiras.
Las campañas son de corta duración -dos o tres semanas- se diseñan y se montan en la coyuntura y apelan a las peores emociones y sentimientos, se piensan para horadar la confianza y la lealtad política a la Cuarta Transformación, y se generan a través de las ya conocidas granjas de boots, el uso intensivo de las redes sociales y soportadas con los comentócratas de los grandes medios de comunicación.
Lilly Téllez o Kenya López Rabadán inician una perorata en las cámaras o en la comisión permanente, y le siguen, en lo que ahora se denomina “nado sincronizado”, las granjas de boots, luego las calumnias pagadas en los grandes diarios, los periodistas de siempre, convertidos en “influencer”, según ellos, y saturan el espacio mediático con una sola tesis que se repite durante dos o tres semanas, hasta que llega una nueva coyuntura, se diseña la nueva tesis y comienza la maquinaria propagandística nuevamente.
La lucha interna del Partido Acción Nacional se ha dirimido entre tres grandes bloques, los tecnócratas neoliberales -hoy en la dirigencia del CEN del partido-, Los demócrata-liberales, incrustados en algunas posiciones de fuerza menor, y que hoy pretende consolidar a un candidato a la presidencia de la República en la persona de Santiago Creel, y la extrema derecha, que acompaña a los tecnócratas en algunas posiciones de poder, y que han hecho de las cámaras el espacio para dar la batalla ideológica, sea como sea, hasta lograr deslegitimar al movimiento organizado por Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia es mas o menos clara, la extrema derecha panista espera convertirse en una especie de bisagra interna, de frente a la lucha entre los tecnócratas-neoliberales y los Demócratas-liberales. El matiz semántico no es menor, los tecnócratas están convencidos de que este país deben administrarlo los científicos salidos de las escuelas privadas, católicos preferentemente, conservadores y abocados a la defensa radical del mercado y de su corrupción. Y los demócrata-liberales, suponen que la lucha en este país es por un estado de derecho, por la consolidación de la ciudadanía en México, y por las garantías democráticas para gestionar la lucha y las disputas entre las clases sociales. Entre ambos proyectos, subyace la extrema derecha, que se sabe minoritaria, pero que asume que su proyecto de lucha ideológica frontal contra el progresismo es el ariete que ambas alas del partido necesitan para derruir el proyecto de la 4T.
Por lo pronto, Santiago Creel da un albazo y se coloca al frente de las aspiraciones de esta ala -Demócrata-liberal- para consolidar una candidatura a la presidencia. Albazo que redefine la lucha interna, y recupera, para esta ala, nuevamente la iniciativa política. Anteriormente, fue el propio Santiago Creel quien dirigió una carta al presidente López Obrador para proponer abrir una mesa de diálogo entre este partido y el gobierno.
Iniciativa que fue abortada precisamente por las otras dos alas del partido. Una manteniendo el control del partido, y la otra radicalizando el discurso al extremo fascista.
Vamos a ver como se rearticulan hacia dentro del Partido Acción Nacional, y vamos a ver que pasa con este intento de candidatura. La extrema derecha, por lo pronto, ya dio visos de apoyo, en artículo de opinión de Kenia López Rabadán, quien ponderó las virtudes de Santiago Creel.
Por lo pronto, a Marco Cortés, a Ricardo Anaya y a Jorge Romero, no pareció caerles muy bien dicho movimiento de ficha.
En el PAN como en el PRI, la crisis puede ahondarse o ser el acicate para resolver el tramite de las elecciones del 2023 y sobre todo del 2024.
