José Emilio Caballero: Parlamento Abierto - Mucho en juego para definir el rumbo energético del país El Financiero

Se nos fue el 2021. Un año difícil, que nos llevó a la “nueva normalidad”, como se le llamó al estado de adaptación para enfrentar la pandemia. Para la industria eléctrica fue un año de mucho crecimiento comparado al 2020, que tuvo un freno en mano desde marzo cuando el mundo quedó en pausa, deteniendo todo tipo de actividad.

Pero esta industria apenas iba saliendo del caos de la pandemia, entrando a la nueva normalidad y llega otro electroshock: se anuncia la iniciativa de contrarreforma energética de parte del Ejecutivo federal. Como si fuera poca la dificultad por lo que estaba pasando la industria, ahora se enfrenta a este nuevo reto.

Inmediatamente llovieron los amparos de empresas afectadas y las cámaras empresariales anunciaron sus posturas de preocupación y de inconformidad ante esta nueva iniciativa. No es cualquier cosa, se estiman pérdidas millonarias y baja en la competitividad en caso de que la reforma energética, que tanto tardó en aprobarse y concretarse, quede cancelada o modificada al gusto de unos cuantos que siguen la ideología de que CFE todavía puede ser rescatada y debe ser un monopolio en el país.

Esta iniciativa busca a toda costa acabar con permisos de autoabasto, eliminar a la CRE (Comisión Reguladora de Energía), que la CFE absorba el CENACE (Centro Nacional del Control de Energía), que se nacionalice el litio, entre otras cosas; pero en resumen, regresar a un monopolio absoluto de la CFE. Se apruebe o no, esta iniciativa ya ha causado mucho daño en la incertidumbre y en la señal que ha mandado al mercado.

El análisis del CCE (Consejo Coordinador Empresarial) nos deja claro que las modificaciones propuestas buscan:

- Destruir el mercado eléctrico.

- Crear, en la práctica, un monopolio.

- Cancelar todos los permisos y contratos vigentes en material eléctrica.

Y las implicaciones de su potencial aprobación:

- Incrementarán el costo de electricidad.

- Generará un boquete en las finanzas públicas y la economía nacional.

- Cancelará la transición energética.

- Violará tratados internacionales que firmó México.

Por más que se ha tratado de justificar la razón de cambiar la reforma y regresar el monopolio a la CFE, no convence y no hay organismos, empresarios, académicos que estén a favor de esto. El CCE estima $44 mil millones de dólares en capacidad instalada de generación privada en riesgo de confiscación y expropiación indirecta. ¿Por qué proponer esta iniciativa que da un giro de 180 grados a la Reforma Energética? Está muy claro y comprobado: ¡México pierde!

A diferencia de otras iniciativas que se han llegado a aprobar de manera fast track, esta de contrarreforma energética ha sido muy controversial y los legisladores federales acordaron llevar a cabo un Parlamento Abierto en la Cámara de Diputados del 17 de enero al 15 de febrero. Este está compuesto por 15 foros basados en 5 ejes temáticos:

- El Sistema Eléctrico Creado por la Reforma de 2013.

- El papel del Estado en la Construcción del Sistema Eléctrico Nacional.

- Objetivos Planteados y Resultados de la Reforma de 2013.

- Constitucionalidad y Legalidad de la Iniciativa de la Reforma Eléctrica 2021.

- Medio Ambiente y Transición Energética.

En esta liga se puede saber más de los Foros de Parlamento Abierto y cómo se puede participar: https://www.diputados.gob.mx/parlamentoreformaelectrica/index.html

El público en general debe de estar enterado de los cambios que se buscan y cómo afectarán en el futuro de México. Esperemos que estos Foros tengan mucha participación y debate para que las decisiones que se tomen respecto al rumbo energético del país sean acertadas.

Fuera de México, el panorama es otro. La inversión en energía renovable sigue creciendo en el resto del mundo. Según la IEA (International Energy Agency), las renovables representan el 70 por ciento de los $530 mil millones de dólares de inversión para nueva capacidad de generación de energía a nivel global.

En México, la nueva inversión fue nula, no hay otro país que esté frenando de esta manera las inversiones para energías renovables.

Se sabe que la transición energética es compleja y que seguiremos dependiendo mucho de recursos no renovables como el petróleo, pero está comprobado que esta dependencia va a la baja y México perderá su competitividad si le sigue apostando al “oro negro” y no al verde.

PEMEX es la empresa petrolera más endeudada del mundo y las “Supermajors” (BP, Chevron, Eni, Exxon, Shell, TotalEnergies y ConocoPhillips) le están poniendo el ejemplo al invertir parte de su presupuesto en energías renovables. En algunos casos representa muy poco comparado a su inversión total, pero ya comienzan a poner un esfuerzo en esta industria y se están anticipando para diversificar el riesgo que pueden llegar a tener en una industria que va de bajada. ¿Podría PEMEX voltear a ver qué hacen los demás jugadores? Esperemos que la empresa no se quede dormida y desaparezca en las siguientes décadas.