Miriam Saavedra, la actriz peruana que robó el corazón de Carlos Lozano y acabó rompiéndolo en mil pedazos, ahora vive su mejor vida fuera de los focos televisivos. La ‘princesa inca’ que conquistó a la audiencia durante la emisión de ‘Gran Hermano VIP 6’, alzándose con los 200.000 euros del precio final, ahora se muestra totalmente satisfecha con su trabajo en las redes sociales, donde comparte secretos de belleza y cosmética, así como sus numerosos viajes, especialmente desde que se levantaron las restricciones por el coronavirus. Miami, Nueva York, Cancún o Los Ángeles han sido solo algunos de los destinos más recientes visitados por la joven. El caso es que Miriam Saavedra no ha parado de hacer y deshacer maletas. Vaya donde vaya, siempre parece estar rodeada de lujo y sentirse muy cómoda en esta privilegiada posición. Y lo mismo sucede cuando se muestra en su residencia habitual, situada en Madrid. Cenas en sitios caros, copas en los mejores rooftopde la capital, noches de fiesta… así es actualmente la vida de la peruana que a sus 27 años parece estar exprimiendo cada segundo al máximo. Miriam Saavedra puso poner patas arriba el reality en el que se dio realmente a conocer en España. Miles de fans y detractores pedían su salvación o salida de la casa cada semana que estuvo nominada, y no fueron pocas. En esta edición compartió espacio con su archienemiga, Mónica Hoyos, la ex y madre de la única hija de Carlos Lozano. Su enemistad dio grandes momentos al programa, aunque las trajo a ambas de cabeza. Finalmente, la ‘princesa inca’ vio recompensado su sufrimiento y recibió el cheque final, con el que cumplió la promesa que repetía de forma incesante durante el concurso: comprar una casa a su madre en Perú. En aquel momento parecía que había llegado a lo más alto de su carrera televisiva, con una sección fija incluso en el programa diario de Sálvame, y multitud de intervenciones en su hermano nocturno, el Deluxe. Sin embargo, al cabo de unos meses su presencia se fue reduciendo más y más, hasta que de repente desapareció de la parrilla y nadie más volvió a hablar de ella. Su última aparición televisiva fue en ‘Sol@’, el reality show de bajo coste de Mediaset, donde convivió durante unas semanas con otro compañero en un pequeño loft lleno de cámaras que apuntaban hacia ellos las 24 horas del día. Una convivencia de la que solo los suscriptores de la plataforma de pago ‘MiTele Plus’ pudieron disfrutar. Ahora, la joven peruana lleva una vida alejada de la pequeña pantalla, aunque está muy activa en sus redes sociales. En su cuenta de Instagram acumula más de 200.000 seguidores y de sus fotografías y publicaciones se entiende que lleva un estilo de vida muy acomodado que podría permitirse gracias a sus ahorros y las colaboraciones pagadas con las marcas.