Astracán, una antigua ciudad de pescadores, se encuentra sobre el río Volga y es considerada la capital del caviar negro, pero la región tiene mucho más para ofrecer, como por ejemplo sus radiantes flores de loto.
La lancha acelera durante kilómetros entre altos juncos y campos donde los lotos florecen con colores que varían del rosa al morado. Atraviesa el delta del Volga, el mayor delta interior de Europa, hasta las proximidades del mar Caspio.
Todavía quedan algunas propiedades en terrenos a orillas del río, cerca de Astracán, en la reserva de la biosfera más antigua de Rusia. Sin embargo, finalmente el paisaje se abre sin ningún rastro de civilización.
"Se consideran un símbolo de la pureza", dice el guardaparques Nikolai Tkachiov sobre el loto. El hombre de 59 años conduce a través de los densos juncos, entre los que se abre un claro con aguas calmas repletas de peces y un mar de lotos.
Aquí y allá resplandecen los nenúfares blancos y las rosas de estanque amarillas. Pero lo que define la imagen de este Patrimonio Natural de la Humanidad reconocido por la Unesco son, en particular, los juncos y los lotos más septentrionales del mundo.
Desde hace tiempo se especula acerca de cómo llegaron y se asentaron las plantas de loto en la región del delta del Volga.
Es posible que aves acuáticas hayan traído semillas de loto desde el sudeste asiático. O monjes budistas las sembraron luego de sus viajes. La vecina Kalmukia es una de las repúblicas rusas y la única región europea en la que domina la religión budista.
El destino de la excursión en bote de varias horas de duración es la región de la desembocadura del Volga en el mar Caspio. Para los amantes de la naturaleza, el recorrido contrasta con la metrópolis de Astracán, con sus playas de arena blanca sobre el Volga y sus restaurantes con amplias terrazas cerca de la orilla.
La ciudad se encuentra en el curso inferior del Volga, a una hora de viaje en auto de la reserva natural. Astracán ofrece muchas cosas que también interesan a turistas occidentales, como hoteles elegantes y a buenos precios, que ofrecen un servicio y un confort por encima de la media de los estándares rusos.
En el centro de Astracán confluyen la historia de la época de los zares y la herencia arquitectónica de la Unión Soviética.
En el imponente Kremlin, cuyos orígenes provienen del siglo XVI, hay un monumento a Lenín frente a las murallas. El padre del líder revolucionario ruso fundador del primer Estado comunista, Ilia Ulianov, nació en 1831 en Astracán.
Sin embargo, la metrópolis sureña, que en su momento vivía de la pesca y hoy de la extracción de gas, cobró fama como la capital rusa del caviar de esturión negro. Muchos turistas viajan a Astracán por el pescado, el caviar o la pesca.
En la granja Astracanskaia Fishka, ubicada en la pequeña aldea de Verjnekalinovski, se crían esturiones y esterlinas para el consumo y en mayo se puede observar la producción de caviar.
Quien quiera comprar los peces para liberarlos luego en el Volga también será bienvenido. "Los esturiones están protegidos y no se los puede pescar ni capturar en estado salvaje", explica el guía turístico Piotr Lymarev.
La instalación cuenta con 40 piscinas en el río y los clientes pueden comprar peces de diferentes tamaños y precios, o simplemente observarlos. Entre ellos se encuentra el famoso beluga, el tipo de esturión más grande.
El dueño de la granja piscícola, Serguei Rogoshkin, brinda una exposición sobre el esturión, al que califica como "la reina entre las delikatessen".
Los visitantes aprenden, entre otras cosas, que el caviar más preciado es el dorado o de color ámbar, que se obtiene de unos raros esturiones blancos. Solo se obtienen unos diez kilos por año en todo el mundo y el precio de los 100 gramos puede llegar a hasta 2.500 dólares.
En la granja piscícola solo hay caviar negro. El nombre de las huevas de pez en ruso es "ikra". Hace tiempo que las granjas occidentales empezaron a producir las huevas de pescado codiciadas por los gourmets.
Una lata de 125 gramos de caviar de esturión se puede comprar en la tienda de la granja por unos 4.375 rublos (unos 50 euros o 58 dólares). El caviar de esturión ruteno u otros peces es más barato.
También se pueden probar las especialidades, el caviar negro con una vaso de vodka, directamente en el restaurante de la granja.
La exposición en la terraza cubierta del restaurante también ofrece una mirada crítica al pasado, a los antiguos barones del caviar de Rusia. En su día hicieron una fortuna con la matanza de esturiones y la brutal recolección de huevas. En aquel entonces, la sostenibilidad era una palabra extraña para ellos.
La sobrepesca y las catástrofes medioambientales en las plantas de la industria química sobre el Volga, a menudo mantenidas en secreto en tiempos de la Unión Soviética, han generado una disminución masiva de la población ictícola.
Por eso, las prohibiciones de captura y comercialización vigentes desde hace unos años, como también la liberación de peces deberían ayudar hoy a recuperar la población de esturiones.
Sin embargo, hay repetidos informes policiales y aduaneros sobre cazadores furtivos y la confiscación de cientos de kilos de caviar.
NADAR CONTRA LA CORRIENTE Y UN RALLY POR EL DESIERTO
La región tiene mucho más para ofrecer, como por ejemplo las excursiones de un día en un pequeño barco por el Volga, con una pausa para bañarse en el río, que a primera vista no muestra tener una fuerte corriente.
Pero al nadar queda de inmediato en claro lo difícil que es ir contra la corriente. Y también, cuán grande es el peligro de dejarse llevar.
Astracán, con su moderno aeropuerto, es un popular punto de partida para diversas excursiones por esta región de escenarios variados, que ofrece incluso un gran semidesierto, una estepa con lagos que se van secando e impresionantes dunas de arena.
Los pilotos de rally aprecian este accidentado paisaje desértico y lo han convertido en un destino popular para los amantes del automovilismo fuera de pista, tal como lo demuestran las huellas de neumáticos en la arena.
Muchos turistas llegan a esta zona especialmente para visitar el lago de aguas saladas Baskunchak, del que se extrae el 80 por ciento de la sal que se produce en Rusia, hasta unos cinco millones de toneladas anuales.
Se deben recorrer unos 300 kilómetros con el coche desde Astracán hasta Baskunchak, pasando por exuberantes praderas y campos de tomates con sistemas de regadío. La región también es conocida en toda Rusia por la capital de las sandías dulces.
Quienes tengan suerte, en el camino al lago salado podrán ver, además de caballos, camellos de Kalmukia.
La corteza de la orilla del lago, cuyo contenido de 37 por ciento de sal es incluso superior al del Mar Muerto, brilla como la nieve blanca. Es como un balneario y los visitantes saltan de los vestuarios y duchas a una furgoneta oxidada para ser llevados a la zona de baño.
Una vez en el agua, el alto contenido de sal hace casi imposible mantenerse en pie al impulsar una y otra vez las piernas hacia la superficie, como un corcho de vino en el agua.
Lo mejor es disfrutar del baño en las aguas saladas cálidas tumbado de espaldas, flotando en la superficie. El lago tiene 18 kilómetros de largo y otros 13 kilómetros de ancho. La capa de sal tiene en parte hasta 18 metros de espesor.
La época ideal para que los amantes de la naturaleza viajen a Astracán es entre mayo y octubre. Los lotos florecen desde mediados de julio hasta mediados de agosto.
Las compañías aéreas rusas ofrecen varios vuelos diarios desde Moscú con destino a Astracán, donde se puede contratar las excursiones por la región a diferentes operadores turísticos locales.
dpa