Por la cuarta Excelsior

  Las finales están listas, el miércoles en la burbuja de Orlando arrancará la serie por el título de la NBA.
Después de la pausa obligatoria, de la incertidumbre, del plan para el regreso y de una postemporada sui generis, los Lakers  y el Heat han superado todos los obstáculos.
La participación de la franquicia californiana en el importante compromiso significa una especie de vuelta a la normalidad, y no sólo me refiero a que los Lakers estén en una instancia en donde han aparecido en tantas ocasiones, me refiero al regreso del mejor jugador del planeta a la disputa por el título.
LeBron James lo ha vuelto a hacer, llegando a las finales con un tercer equipo distinto.
El llamado Rey hizo que verlo en la serie por el campeonato fuera una costumbre la década pasada, jugando en ella sin falta de 2011 hasta el 2018, únicamente faltó a la gran cita la temporada anterior en su primer año en Los Ángeles.
Y no olvidemos que también la jugó por primera vez en la campaña 2006-07, con los Cavaliers.
En total, esta será su décima aparición, alcanzando a otra leyenda del deporte, Kareem Abdul-Jabbar, en la lista histórica, únicamente detrás de los legendarios Sam Jones y Bill Russell, que las jugaron en 11 y 12 ocasiones, respectivamente, con los Celtics de Boston.
Le tomó dos temporadas guiar a los Lakers a la antesala de un nuevo campeonato, con el que igualarían al archirrival —Boston— en títulos.
Pasaron 10 años para que consiguieran una nueva corona del oeste, esto es exactamente para lo que la propietaria Jeanie Buss lo trajo.
Para estar a cuatro victorias del título 17, la gerencia tuvo que conseguirle una pareja que le permitiera dar un enorme salto de calidad al plantel: Anthony Davis.
El alero es un compañero a la altura, sin duda es uno de los mejores basquetbolistas del mundo.
El destino es caprichoso y para que LeBron sea campeón por cuarta ocasión, tendrá que derrotar al equipo con el que rompió su maleficio personal, aquel con el que conquistó la NBA en dos ocasiones.
Serán Pat Riley y Erik Spoelstra, sus antiguos gerente y entrenador respectivamente, quienes se interpongan entre él y su objetivo.
El Heat llega a una final por primera ocasión desde que el propio James lo guiaba en 2014.
Con un roster diferente, ahora encabezado por el estelar Jimmy Butler, dio la sorpresa en su conferencia, dejando en el camino al súper favorito Milwaukee y después a los Celtics.
Aunque nada está decidido y Miami tiene un quinteto abridor de gran nivel, con una banca más profunda, por lo que no habría que coronar un nuevo monarca antes de tiempo, el campeón del este no ha enfrentado un dúo tan talentoso como el James-Davis, y el Rey está decidido a no dejar escapar su cuarta corona.
  Columnista: Juan Carlos VerazaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0