El personaje de Chespirito que respondía al silencio de Gustavo Díaz Ordaz tras el movimiento estudiantil del 68 El Imparcial
CIUDAD DE MÉXICO.- El segundo capítulo de la bioserie Chespirito: sin querer queriendo, producida por la plataforma de streaming MAX, sorprendió a los espectadores al incluir una referencia directa al año 1968, uno de los momentos más delicados en la historia contemporánea de México.
En medio de la narrativa sobre los inicios de Roberto Gómez Bolaños en la televisión, la serie muestra cómo el contexto político y social del país influyó en sus primeros pasos como comediante.
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¿Qué pasó en 1968 y por qué es importante en la vida de Chespirito?
El año 1968 no solo fue relevante por el surgimiento del Movimiento Estudiantil y la trágica represión en Tlatelolco, sino también porque fue cuando el Canal 8 abrió sus puertas.
Para Roberto Gómez Bolaños, esto representó una nueva oportunidad creativa. A través de una recreación cuidada y sin caer en señalamientos directos, la serie deja ver que el silencio del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz fue una motivación para que el comediante creara un personaje que ofreciera un tipo de respuesta diferente.
En la ficción, se muestra cómo “El Ciudadano Gómez”, uno de los primeros intentos de Bolaños por desarrollar una comedia con mensaje, nació justo después de que el creador viera noticias sobre el movimiento estudiantil.
Quería hacer algo que contrastara con la violencia que se veía en la calle”
deja entrever el episodio sin explicitarlo.
¿Quién era El Ciudadano Gómez?
Aunque el piloto nunca salió al aire, El Ciudadano Gómez fue un proyecto con un tono más crítico y reflexivo, alejado del humor simple que dominaba la televisión mexicana de la época. El canal decidió archivar el programa, posiblemente por su contenido o por las tensiones políticas del momento. Sin embargo, este revés no detuvo a Chespirito.
En su lugar, nació El Doctor Chapatín, un personaje que mantuvo la crítica social, pero con un tono más ligero. Este sería el primer paso hacia el estilo de humor que lo haría famoso: absurdo, blanco y familiar.
El inicio de su elenco y la construcción de un universo cómico
Durante este periodo, Bolaños comenzó a formar el equipo que lo acompañaría por décadas. En la serie se ve cómo conoce a Rubén Aguirre, con quien compartió la visión de un humor sano y original. Más adelante se unirían Ramón Valdés y María Antonieta de las Nieves, pilares del universo de El Chavo del 8.
La serie también muestra cómo los ejecutivos del canal le pedían a Chespirito un contenido más agresivo para competir con Televisa, algo que él rechazó. En una escena, se ve cómo decide renunciar, prefiriendo la independencia creativa a seguir órdenes que no coincidían con sus principios.
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¿Cómo termina el capítulo y qué adelanta para los fans?
El episodio cierra con una escena emotiva: Roberto, ya fuera del canal, empieza a escribir una nueva historia. Es ahí donde surge una referencia al Chapulín Colorado, el antihéroe que, junto con El Chavo del 8, definiría una era en la televisión de habla hispana.
Este capítulo no solo muestra el lado creativo de Chespirito, sino también su postura personal frente a los eventos que marcaron a toda una generación. Sin hacer denuncias explícitas, la serie logra pintar el retrato de un artista que eligió la comedia como su forma de resistencia ante la censura y la violencia.
