Fraude continuado… y consumado Diario.mx

“Artículo 35. Son derechos de la ciudadanía:

I. Votar en las elecciones populares…”: Constitución Política de los EUM.

Hoy se concretará lo que se creyó había sido un exabrupto: “¡Que se vayan al diablo con sus instituciones! ¡Vamos a tener un Gobierno de la República!”, arengó López Obrador a sus seguidores en el lejano -y en la percepción aún más lejano- 1o de septiembre de 2006.

La elección del Poder Judicial es la culminación de la puesta en vigor de una concepción sobre la democracia, de la cual ni su creador, ni sus operadores tienen pleno conocimiento pues todavía en aquella fecha, el tabasqueño anunciaba que impulsaría un gobierno ‘de la república’, cualquier cosa que creyera en aquel momento.

Con la elección de los juzgadores se le habrá puesto el último clavo al ataúd de la república, tal como se había conceptuado por las fuerzas políticas y sociales mayoritarias del país, incluidas las principales fuerzas políticas de derecha e izquierda del último medio siglo.

La presidenta Sheinbaum -y los sucesores inmediatos ¿hasta cuándo?- poseerá las mayores facultades que presidente mexicano alguno haya tenido, será aún más poderosa que los mandatarios del antiguo régimen y su partido el Revolucionario Institucional (PRI).

Sin contrapesos ni división de poderes; sin los organismos y mecanismos creados a lo largo de más de medio siglo que atemperaban y diluían el peso y poder presidencial; con un militarismo creciente; desaparecidos los organismos que obligaban al gobierno a transparentar el ejercicio del presupuesto, que lo obligaban a la mayor publicidad en el otorgamiento de los contratos y el gasto.

Como antes, como casi siempre, ahora este ‘nuevo’ Estado, el humanista, se “vigilará” a sí mismo y, suponemos, se ‘castigará’ a sí mismo cuando algún secretario de gabinete -o subordinado suyo-, que son ‘secretarios’ de la presidenta, no entregue la información solicitada por algún ciudadano.

No es una especulación más.

En tiempos de López Obrador, el 82% de las compras y adquisiciones de su gobierno se otorgaron por adjudicación directa y en la mayoría de esas operaciones arguyeron que eran de “seguridad nacional”, por lo que ocultaron los contratos, montos de ellos, empresas contratadas y beneficiarios de los mismos.

El régimen de la plena opacidad.

Pero lo que hoy estará efectuando el régimen es el súmmum de lo que practicó el priato durante décadas.

Lo ha superado, en todo.

Hoy el “pueblo bueno y sabio”, como le dicen a sus seguidores, ‘votará’ para elegir a los juzgadores y será un ejercicio “democrático”, ‘como no existe sobre la faz de la tierra’, pregonan por todos lados los seguidores de la 4T.

Para que ese ‘pueblo sabio’ vote en el sentido correcto de la historia -todo versión 4T- fue necesario que le “ayudaran”, con esa innovadora aportación del morenaje: Los acordeones.

Si la era priista nos llenó de mapaches, ratones locos, carruseles, compra del voto, operaciones ‘tamal’, ‘menudo’, urnas embarazadas, los votos planchados y los acarreos, la 4T nos trajo ‘Los acordeones del Bienestar’.

¡Vaya cinismo!

Algunos venimos de cuando nuestros mayores, cuando querían describir la terquedad de alguien, lanzaban lo que era una ley-aspiración: “Gánale al PRI”.

Y ese partido practicó todo para mantenerse en el poder. Y hacía todo para desalentar a los opositores, que creciera la percepción popular de su invencibilidad.

Así lo hace Morena, y de mejor manera.

Ensalzándose a sí mismos y descalificando, no solo a sus opositores, sino a todos los que lo critiquen, se asumen ‘diferentes’; “no somos iguales”, clamaba su líder y guía, pero sus acciones y comportamientos le han dado sustento a la respuesta que crecientes sectores sociales le han dado a esa presunción: -No, no son iguales, son peores.

La reforma judicial y la elección de hoy serían suficientes para acreditárselo.

Es un fraude continuado, desde su misma concepción.

En corto, fuera de los reflectores y de las tribunas ¿Hay un morenista que niegue el hecho de que se “agandallaron” la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pues obtuvieron, en la elección de diputados, solamente el 54% de la votación y se adueñaron del 74% de los diputados?

¿Que, para obtener mayoría calificada en la de Senadores recurrieron a las viejas estratagemas del viejo régimen, las de las amenazas, la extorsión, el chantaje y los premios metálicos a quienes, integrantes de la oposición, se pasaran a su bando -el fin justifica los medios-?

¿Fue el pueblo ‘bueno y sabio’ el que pidió reforma tan regresiva?

¿Ese mismo pueblo es el que les pidió hicieran porquería y media, para garantizarse que vote por los candidatos que la cúpula morenista decidió que deberán ser los ungidos con los cargos judiciales?

N’ombre, vil y ramplona demagogia de los “diferentes”.

¿Deveras, en corto, pueden sostener que ‘todo’ el Poder Judicial está corrompido?

Se concede que tal fenómeno esté muy extendido en los poderes judiciales de los estados, en los que, no solamente a nivel de los tribunales superiores, la injerencia de los gobernadores sea apabullante, sino a nivel de la designación de los jueces locales, pero, exceptuando la Suprema Corte de Justicia, es noción extendida que a nivel de magistrados y jueces federales, lo común es lo contrario a lo que a voz en cuello desperdigan los de la 4T, los mismos que cuando las resoluciones judiciales -federales- les benefician, se deshacen en elogios y se desgañitan cuando no les favorecen.

¿Quién puede sostener, con sustento, con argumentos más allá de la consigna, que la elección de los juzgadores, por voto popular, mejorará los niveles de la aplicación de justicia?

¿Destruir de un plumazo la carrera judicial, eliminar en buena medida su autonomía y de paso eliminar los efectos generales del amparo servirá para mejorar las cosas?

¿Con esta elección se elevarán sustancialmente los salarios de los agentes del ministerio público de todo el país? ¿Aumentará a más del triple el número de ellos, cifra mínima a la que debiéramos llegar, para acercarnos a la del promedio sugerido por los organismos internacionales y los de los abogados en ese nivel?

¿Crecerá sustancialmente el presupuesto de esos rubros, para contratar a más del cuádruple de agentes ministeriales, necesarios para que puedan elaborar adecuadamente las carpetas de investigación?

¿Con esta elección pasaremos de los 4 jueces por cada 100 mil habitantes? Solo para comparar, Costa Rica tiene 24 y el estándar internacional es de 65. (Post de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, https://x.com/CJF_Mx/status/1717679010254410154).

¿Con los muy flexibles requisitos exigidos por la reforma judicial se superarán las dos décadas de evaluación y preparación de la mayoría de los juzgadores federales, que han arrojado muy elevados estándares técnicos de la abrumadora mayoría de los integrantes del Poder Judicial Federal y los no menos elevados de un buen número de juzgadores chihuahuenses?

Nos llamaron a votar por candidatos a juzgadores, pero estos no pueden -no deben- representar a nadie; los ciudadanos no estamos preparados para evaluarlos.

Es como si nos pidieran votar para elegir al mejor cardiólogo, gineco obstetra, urólogo, oncólogo; o físico nuclear, ingeniero hidráulico, etc.

No, evaluar a quienes ejercen posiciones-profesiones con una gran carga técnica lo deben hacer quienes tengan los conocimientos necesarios para hacerlo.

Lo que ahora realizan el gobierno y Morena es, simplemente, el punto final de la apropiación de la última institución contrapeso del Poder Ejecutivo, el Poder Judicial.

Han empleado toda la fuerza del Estado para hacerlo.

¿A esto le llaman elección?

Con excepciones, llegarán a los cargos aquellos candidatos que reciban la votación promovida, a través de un acordeón, por alguna estructura de poder, el de alguno de los gobiernos -municipal, estatal o federal- o de algunos sindicatos, o de una dependencia, destacadamente los impulsados por la estructura de la 4T, en un alarde de poder y dinero sin parangón en la vida moderna del país.

A los demócratas que aún militan en Morena ¿No les causa escozor ver los múltiples videos de tan desmesurado fraude -no porque alguien meta votos clandestinamente- sino porque con estas maniobras sustituyen la voluntad popular?

Y se enojan porque haya ciudadanos que llamen a no votar.

Se asemejan a los asistentes al Coliseo Romano que acudían a presenciar la batalla de los leones en contra de esclavos africanos que estaban enterrados y solo tenían libre la cabeza. Cuando alguno esquivaba la tarascada del león y, a su vez, le daba un mordisco en los genitales al felino, la multitud rugía y le exigía -¡Pelea limpio, negro cochino!

Así ahora, casi catalogan de traidores a quienes anunciaron que no votarán. Nuestra ínclita senadora Andrea Chávez clamó que era anticonstitucional no votar y peor sería, en esa concepción, llamar a no votar.

Los derechos se pueden ejercer, o no, y votar es uno de ellos.

Ante cualquier contradicción en el texto constitucional, se deben privilegiar los derechos, dice la robusta jurisprudencia mexicana y la internacional.

La única diferencia y ventaja de la elección en Chihuahua es que aquí sí hay disputa, la existente entre la 4T y el panismo local, cada una con sus acordeones.

¡A lo que se redujo nuestra bendita democracia!

En su reforma judicial, Morena prohibió la injerencia de los partidos en el proceso judicial, pero ordenó a sus estructuras desplegar bardas, carteles y mantas en todo el país para promover la elección, acarrear al mayor número de morenistas a las urnas el próximo domingo y repartir "acordeones" para impulsar los perfiles de la 4T.

Quiere también lograr una gran participación para justificar una reforma injustificable.

No son iguales…

Y todavía nos piden que vayamos a votar.

Po’s no.