Rusia y Ucrania mantendrán sus primeras conversaciones directas desde el inicio de la guerra con la presencia de EEUU Infobae

Rusia y Ucrania están a punto de sentarse esta semana en Estambul para mantener sus primeras conversaciones cara a cara de alto nivel desde 2022, una propuesta presentada por el Presidente Vladimir Putin para contrarrestar las exigencias cada vez más enérgicas de Occidente de que Rusia acepte un alto el fuego de 30 días como compromiso hacia una paz duradera.

Por parte estadounidense, se espera que asistan el secretario de Estado Marco Rubio y los enviados especiales Steve Witkoff y Keith Kellogg, en la primera señal de movimiento en las negociaciones tras semanas en las que parecían estancadas.

La oferta de Putin para entablar conversaciones fue respaldada de inmediato por el presidente Donald Trump, pero funcionarios y analistas europeos temen que pueda tratarse de una maniobra del Kremlin: un intento de dar largas, ganar tiempo y, sobre todo, mantener comprometido al presidente estadounidense.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, sin embargo, tomó la oferta rusa de conversaciones directas al pie de la letra y luego la elevó al nivel presidencial, presionando a Putin.

“Haremos todo lo posible para que esta reunión se produzca. Si Putin está realmente dispuesto a reunirse no sólo en los medios de comunicación, sino en la vida real”, declaró a los periodistas el martes. “Entonces, a nivel de líderes, haremos todo lo posible para acordar un alto el fuego. Porque es con él con quien debo acordar un alto el fuego. Porque sólo él decide esto”.

Ante la exigencia de Estados Unidos y Europa de un alto el fuego de 30 días, Putin ofreció negociaciones directas entre las delegaciones rusa y ucraniana en Turquía para el jueves. Lo hizo a pesar de que los expertos rusos llevan semanas afirmando que las conversaciones con Kiev no son posibles debido a la supuesta falta de legitimidad de Zelensky.

“Si estuvieran interesados en la paz, podrían dejar de atacar a Ucrania ahora mismo”, declaró Kaja Kallas, responsable de Política Exterior de la Unión Europea, en una cumbre sobre democracia celebrada el martes en Copenhague. “Rusia está claramente jugando, tratando de ganar tiempo”.

Las intermitentes ofertas de alto el fuego de Putin y ahora la posibilidad de conversaciones directas con Ucrania le han hecho ganar un tiempo precioso, retrasando al menos unos días las exigencias occidentales de un alto el fuego de 30 días.

Su insinuación también ha roto la unidad transatlántica que duró aproximadamente un día, cuando Europa y Ucrania presionaron conjuntamente para lograr una tregua incondicional con el apoyo de Trump, respaldado por la amenaza de nuevas sanciones punitivas.

Con la noticia de una reunión en Turquía, los líderes occidentales frenaron las nuevas restricciones.

“Estamos a la espera de que el Sr. Putin cumpla, y estamos de acuerdo en que si no hay avances reales esta semana, entonces abogaremos conjuntamente por un endurecimiento significativo de las sanciones a nivel europeo”, dijo el canciller alemán Friedrich Merz en una conferencia de prensa el martes.

“Examinaremos otros ámbitos, como el sector energético y el mercado financiero. ... Ahora depende realmente de Putin aceptar esta oferta de negociaciones y acordar un alto el fuego”, dijo.

Las oportunidades del líder ruso para ganar tiempo se han reducido, según los analistas, después de que Zelensky retara a Putin a una reunión cara a cara en Turquía y Trump planteara un desvío de su viaje de tres días a Oriente Medio para unirse potencialmente a la cumbre.

Zelensky viajará a Ankara esta semana para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y ha dicho que está dispuesto a dirigirse a Estambul para reunirse con Putin si el líder ruso se presenta.

“Putin no puede responder (positivamente) a la oferta de Zelensky porque la imagen de tipo duro es básicamente la condición más importante para la estabilidad de su régimen”, dijo el analista político ruso Vladimir Pastukhov.

“Trump puede lanzarle a Putin un chaleco salvavidas para salvar la cara en una situación en la que Zelensky respondiera elevando la apuesta al nivel de una reunión personal. ... Putin podría fingir que está hablando con Trump, mientras que Zelensky sólo está de pie junto a ellos”.

Pastukhov argumentó que la guerra entre Rusia y Ucrania se acerca a un momento clave en el que Putin tendrá que decidir si ahora es el momento de aprovechar la oportunidad ofrecida por Trump para salir de la guerra y recuperar las pérdidas sufridas por Rusia o dirigirse a una campaña militar de verano, donde tratará de infligir, si no una derrota estratégica, sí una derrota táctica operativa a las fuerzas ucranianas.

“Cree que puede acabar con un mejor conjunto de cartas en sus manos, pero por supuesto puede empeorar, y ese es el riesgo para él”, dijo Pastukhov. “Su razonamiento es que no está convencido de que Trump vaya a continuar con la ayuda militar a Ucrania”.

El Kremlin aún no ha anunciado quién encabezará la delegación rusa. El portavoz de Putin dijo en una sesión informativa el martes que los nombres se revelarán “cuando el presidente lo considere necesario”, lo que sugiere que Moscú se mantiene a la espera, esperando a ver si Trump realmente cambia su agenda.

Un ex alto funcionario del Kremlin que habló bajo condición de anonimato debido a lo delicado del tema dijo que Rusia estaría representada por el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov y el asesor de política exterior de Putin, Yury Ushakov.

“Las conversaciones directas entre Putin y Zelensky son poco probables”, dijo el analista pro-Kremlin Sergei Markov. “Que Putin venga a Estambul para mantener conversaciones depende ahora de Trump - y de si Trump está dispuesto a asumir la responsabilidad por el comportamiento de Zelensky”.

La primera y única reunión en persona entre Putin y Zelensky tuvo lugar en París a finales de 2019, durante una cumbre del Formato Normandía en la que mediaron Francia y Alemania.

Zelensky, entonces recién elegido con la promesa de la paz y la restauración de la integridad territorial de su país, trató de avanzar hacia el fin de la guerra en el este de Ucrania, donde los separatistas apoyados por Rusia han tallado una porción de territorio en un conflicto que estalló en 2014.

Los dos líderes acordaron entonces reanudar el alto el fuego e intercambiar prisioneros, pero no hubo avances, ya que ninguna de las partes pudo ponerse de acuerdo sobre la aplicación de los acuerdos de Minsk para poner fin a los combates en el este de Ucrania.

El legado de aquella reunión aún resuena en la retórica de Putin. Los acuerdos de Minsk se prolongaron de forma inconclusa durante años y Moscú sigue citándolos para presentar a Ucrania como la parte que no coopera, pero también, sin quererlo, para mostrar la lentitud de Rusia en las negociaciones.

En los primeros meses tras el inicio de la guerra en 2022, Rusia y Ucrania negociaron brevemente de forma directa antes de que se rompieran las conversaciones. Se espera que uno de los principales obstáculos para las conversaciones del jueves sea la insistencia de Rusia en reactivar su lista de demandas de 2022, una propuesta que en general se considera que equivale a la rendición de Ucrania.

En un discurso pronunciado durante el fin de semana, Putin definió repetidamente las próximas negociaciones en Turquía como una “reanudación” de las conversaciones que, según él, fueron interrumpidas por Ucrania.

Afirmó que Kiev había aceptado la propuesta -que incluía el poder de veto de Rusia sobre el tamaño de las fuerzas armadas del país- y luego Occidente intervino y descartó el acuerdo. Ucrania rechaza esta versión de los hechos. El asesor de política exterior de Putin, Ushakov, reforzó esta versión, afirmando que el borrador de 2022 debería servir de base para cualquier nuevo debate.

Funcionarios occidentales y analistas rusos han indicado en las últimas semanas que Putin podría considerar la posibilidad de abandonar temporalmente las exigencias maximalistas de Moscú sobre un territorio que ni siquiera controla todavía y conformarse con congelar el conflicto en la actual línea del frente a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones y un restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos.

Pero la mayoría insiste en que Putin no vacilará en el objetivo final de desmantelar el Estado ucraniano porque Moscú piensa que sería fácil culpar a Ucrania de futuras violaciones de cualquier alto el fuego, lo que permitiría al Kremlin continuar la guerra, según los analistas.

“El objetivo seguirá siendo el mismo, pero la táctica podría cambiar”, afirmó Tatiana Stanovaya, investigadora principal del Carnegie Eurasia Russia Center.

(c) 2025, The Washington Post