Fito Páez desafía la manera en la que hoy se consume música Excelsior

AZUL DEL OLMOFito Páez es un rebelde.
Un indomable que no ha permitido que el statu quo le marque la pauta y mucho menos le apresione su imaginación.
Por eso, los riesgos que toma no son calculados, ni mucho menos pensados, simplemente se deja llevar y va creando su propio mundo expresándose con el arte.
El rosarino conserva esa capacidad de impresión, de descubrimiento y exploración que caracteriza a su generación, por eso se embarca en aventuras como Novela, su nuevo disco, y no duda ni por un instante el desafiar la manera en la que hoy se consume la música y cómo los jóvenes, de alguna forma, han caído en lo que llama un conservadurismo que pareciera apagar la curiosidad natural,Me da la sensación que hay algo que se ha apagado en el mundo después de la última revolución tecnológica generada en Silicon Valley.
Hay algo, que la juventud se volvió conservadora, se ha apagado la curiosidad, no se puede hablar genéricamente de todo porque siempre va a haber alguien que nos va a gustar, pero hay algo en el mundo que está sucediendo de una extrema conservaduría y de una extrema impotencia vivido a través del teléfono.
Es un aparatito que entra en una mano y que te aleja del deseo, del beso, de los libros, del cine, del polvo, de todo.
Te encierra y te aísla, te domina y te enloquece.
Entonces, ¿esto hay que apagarlo o tirarlo? Ahí me parece que un artefacto poético como Novela hace un ruido bárbaro.
La Matrix no lo puede entender, le cuesta pensarlo, de eso se trata también”, compartió Fito con Excélsior.
Y es este conservadurismo que encierra, limita y le roba la rebeldía a las nuevas generaciones de artistas, que siguen lo que hoy es el statu quo de su propia generación.
Parecen conservadores, ¿por qué no hay melodías?, ¿por qué no hay armonías?, ¿qué les pasa? Hay que conservar el beat y no moverse mucho para no asustar a nadie.
Que lo único que se puede hacer es perrear y mover el culo.
Pero aparte de eso se puede disfrutar de otras cosas también.
Todo se puede.
Se puede bailar y se puede disfrutar de cómo la música se va enrevesando en el sonido, de cómo cambian los timbres.
Todo eso es diversión y belleza.
Acabo de terminar de escribir un ensayo que se llama La música en tiempos de demencia masiva, que es un concepto de Bifo Berardi, la demencia masiva, el filósofo italiano, que él instala en los años 70 y se mantiene hasta el día de hoy.
En el ensayo sí me desarrollo, me filósofo y me explayo sobre esta idea en el siglo XXI, sobre cómo la música ha cambiado su manera de estar en el mundo.
Yo me crie en un mundo en el cual mi papá, que era un hombre de clase media para abajo, escuchaba a Jobim, escuchaba a Gershwin, escuchaba a Mercedes Sosa, escuchaba el tango.
Era todo como una especie de jardín de flores eso, entonces, ¿qué pasa, muchachos?, ¿qué pasó?, ¿no les gusta la música?, ¿no les gusta estudiar?, ¿ganan dinero con eso?, ¿está mal estudiar y conocer el lenguaje con el que se gana el pan? en el mejor de los casos.
Hay algo que no, está pasando algo antinatural con esta supuesta democratización tecnológica”, reflexionó Fito.
Y en ese sentido, Novela representa todo lo que no ‘debería’ ser.
Es una historia con personajes originales de espíritu rebelde y apasionado que va por un viaje a lo largo de 25 canciones que siguen el texto narrado por la cineasta, dramaturga y actriz Lorena Vega.
Este trabajo, que tiene su génesis cuando Quadrophenia, de The Who, le voló la cabeza a Fito cuando era un chico preadolescente.
Fue un proceso de muchos años y no hay una provocación, ni algo, no soy de ‘voy a arriesgar algo’ o estoy haciendo algo fuera de mi naturaleza, es lo que tenía para contar ahora.
Cuando uno se embarca en estas aventuras, decía: ‘bueno, me voy a embarcar’, pero lo que es lindo también es el devenir, que las aguas te llevan en el plan, pero ahora sentía que tenía algo poderoso, potente y que ameritaba tomarse todo ese tiempo en montarlo, que tuviera un cuerpo y que pueda ser disfrutable.
Lo primero que sucedió fue que, aparte de haber escuchado Quadrophenia, cuando era preadolescente, me causó mucho impacto, todavía el día de hoy lo sigo escuchando y me sigue impactando, pero lo que quedó en el inconsciente cuando fui creciendo fue que era un formato, y que era hermoso, que era un álbum con 20 y pico canciones, que tenía un texto y, en la versión original, había unas casi 20 fotografías, que te metían en la historia.
Bueno, era una idea, entonces cuando empiezo en el 88 a componer el álbum y a pensar un guion de una cinta, inmediatamente surge Quadrophenia como una flor, como diciendo: ‘es por acá’.
El disco me sirve como formato para poder elaborar Novela, que a la vez también Quadrophenia es legatario de Tommy, también de The Who, entonces ahí está todo un mundo inconsciente, musical, de la preadolescencia, que se ve que hizo mucho ruido, siguió haciendo ruido, y me agarra a los 25 años con todo eso ahí atrás, andando solo y pidiéndome pistas” dijo.
Y después de 38 años puede decir que llegó a buen puerto con Novela; le dio el tiempo que necesitaba esta obra que se desarrolló a la par de más de 20 discos y tres películas.
La verdad que uno hace música como respirar también, entonces, recuerdo haber leído a muchos artistas que decían: ‘oh, me siento vacío después’, pero a mí nunca me pasó eso, por suerte me parece más importante la vida de las personas al devenir de un artista.
En todo caso, las cosas se siguen haciendo, siempre con rigor, con amor, con artesanía, y es un lugar, es una hermosa playa, Novela, a donde arribaste.
Luego de muchos años, una parte tuya llegó a un lugar para descansar y a lo mejor tomarse un trago con un montón de gente y poder disfrutar de esta música.
Eso siento, una sensación placentera”, expresó.
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