El Bajío ante Trump: remesas, inversión y la sombra de la incertidumbre Periódico Correo
La agenda arancelaria de Donald Trump ha generado un ambiente de incertidumbre económica a nivel global que, considero, puede afectar directamente a la región del Bajío a través de dos caneles. El primer canal de afectación, un canal directo, es a través de los aranceles a los automóviles y autopartes que no son producidos en los Estado Unidos. La región del Bajío (compuesta por Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y San Luis Potosí) se ha consolidado como un imán para la inversión extranjera directa (IED), especialmente en sectores como el automotriz. Por lo tanto, la aplicación de un arancel a la producción automotriz nacional podría llevar a que las firmas reconsideren sus planes de inversión en México, tanto en el corto como en el largo plazo, y, en consecuencia, afectar el número de empleos actuales, así como limitar el crecimiento futuro del empleo en la región.
El segundo canal, un canal indirecto, pero no menos relevante, es el de las remesas enviadas por migrantes mexicanos que residen en los Estado Unidos (E.E.U.U). En varios estados del Bajío, los ingresos por remesas superan ampliamente a los flujos de inversión extranjera directa. Por ejemplo, en Guanajuato, las remesas representan una fuente de ingresos mayor que la IED, lo que evidencia su papel central en la economía regional. Ante un contexto de creciente hostilidad migratoria y amenazas de deportaciones masivas, muchos migrantes optan por enviar más dinero a sus familias como una estrategia de resguardo patrimonial. Este comportamiento puede generar, en el corto plazo, un aumento en los flujos de remesas. No obstante, existe también el riesgo de que, si se intensifican las deportaciones o se restringe el acceso al empleo para los migrantes, los envíos se reduzcan considerablemente, afectando el consumo y la estabilidad económica de miles de hogares en la región. En este sentido, las políticas de Trump no solo introducen incertidumbre comercial, sino que también vulneran los lazos económicos y sociales que conectan al Bajío con su diáspora en Estados Unidos.
En suma, el Bajío enfrenta una doble exposición a la agenda arancelaria de Donal Trump: por un lado, inversiones que podrían dejar de llegar ante la incertidumbre comercial; por otro, remesas que, si bien han crecido, podrían ser golpeadas si el entorno migratorio se endurece. La era Trump deja claro que los vínculos entre México y E.E.U.U. no se limitan a mercancías: abarcan capital, personas y afectos. Y cuando esos lazos se tensan, regiones como el Bajío lo resienten en lo económico y en lo cotidiano.
