Purpurado alemán: Los cardenales deben “encontrar de nuevo su lugar” en la Iglesia Católica MPV
12 de abril de 2024. El Cardenal alemán Walter Kasper aseguró que los cardenales en la Iglesia Católica deben “encontrar de nuevo su lugar”, en una reciente conferencia que pronunció en un simposio en Austria y que tuvo por título “Los cardenales al servicio de la Iglesia y del papado”.
La ponencia hizo parte del simposio “Benedictinos como cardenales”, que se ha celebrado hasta este viernes en la Archiabadía de San Pedro de Salzburgo.
El presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos indicó que en este nuevo lugar de los cardenales en la Iglesia, estos podrían participar en consejos provinciales y plenarios, para hacer “mejor justicia” a la diversidad de culturas que hay en ella.
Según informa Kathpress, en estos grupos los cardenales serían presidentes de los consejos plenarios de sus regiones y se conformaría una especie de “sistema bicameral” conformado por el Sínodo de los Obispos y el Consejo de Cardenales.
Un poco de historia de los cardenales en la Iglesia Católica
El Cardenal Kasper se refirió también al papel de los cardenales en la Iglesia en la Edad Media, en donde se fue politizando cada vez más.
De ese modo, un cardenal sería en ese tiempo un “peón de las poderosas familias romanas” y con el tiempo se vieron “cada vez más arrastrados por la decadencia de Roma”.
En su opinión, luego se convirtieron en meros funcionarios de la curia romana; y su “liderazgo eclesiástico” fue redescubierto en el pontificado del Papa San Juan XXIII y con el Concilio Vaticano II.
El Concilio Vaticano II fue el evento eclesial más importante del siglo XX. Lo impulsó el Papa San Juan XXIII para buscar el aggiornamento, es decir la actualización de la Iglesia para acercarla al mundo actual. Comenzó en 1962 y se dividió en cuatro etapas. Participaron alrededor de dos mil padres conciliares de todo el mundo.
Algunos frutos del concilio fueron la posibilidad de celebrar la Misa en el idioma local de los fieles y el impulso de una mayor participación de los laicos en la Iglesia.
El Cardenal Kasper comentó también en su ponencia que con cardenales como Augustin Bea, Julius Döpfner, Giovanni Battista Montini (San Pablo VI) y Franz König había comenzado “una nueva época en la historia de la Iglesia”.
Hoy, concluyó el purpurado alemán, es necesario volver a los orígenes del Colegio Cardenalicio: “Evangelización y comunión eucarística celebradas junto al Obispo de Roma. Ambas, comunión en la Palabra y comunión en el sacramento, fueron dadas como principio rector por el Concilio Vaticano II en su eclesiología de comunión”, resaltó.
¿Quién es el Cardenal Walter Kasper?
El Cardenal Walter Kasper nació el 5 de marzo de 1933, en la diócesis de Rottenburg-Stuttgart (Alemania). Tiene 91 años.
Fue ordenado sacerdote el 6 de abril de 1957. Elegido Obispo de Rottenberg-Stuttgart el 17 de abril de 1987, recibió la consagración episcopal el 17 de junio de 1989.
En 1999 ingresó al Pontificio Consejo –hoy dicasterio– para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, dicasterio de la curia del Vaticano que luego presidió durante 10 años; entre 2001 y 2010.
Durante años ha sido promotor del acceso a la Eucaristía por parte de los divorciados en nueva unión y es también un crítico del polémico Camino Sinodal de la Iglesia Católica en Alemania, que promueve diversos temas contrarios a la doctrina.
¿Qué es un cardenal de la Iglesia Católica?
Los cardenales forman parte del Colegio Cardenalicio, que tiene la responsabilidad de elegir al nuevo Papa en un cónclave cuando el Pontífice reinante fallece o renuncia. Además, brindan apoyo al Santo Padre en su labor de servicio a la Iglesia en todo el mundo.
A los cardenales se les conoce también como “purpurados” debido al color púrpura de la birreta que reciben del Santo Padre cuando son creados en un consistorio. Este color está asociado con la sangre y simboliza la disposición a morir por la fe católica.
Cuando un cardenal es creado, recibe dos objetos importantes: la birreta y el anillo cardenalicio. Este último simboliza el compromiso matrimonial con la Iglesia de Roma y con la Iglesia universal.
El título de cardenal se remonta al pontificado del Papa Silvestre I (314-335). La palabra propiamente dicha proviene del latín “cardo”, que significa “bisagra”. Con ello se quiere expresar que los cardenales son considerados un punto muy importante sobre el que gira la vida de la Iglesia, asistiendo al Papa como Vicario de Cristo.
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