De Donald Trump a Amber Heard: las relaciones cercanas y tortuosas de Elon Musk Infobae
Conocido por liderar la carrera hacia el futuro con proyectos como Tesla, SpaceX y Neuralink, Elon Musk transformó en realidades palpables lo que nos parecían visiones de la ciencia ficción en realidades palpables. Empujó los límites de lo posible con las innovaciones en energía, la exploración espacial y la inteligencia artificial.
Sin embargo, más allá del brillo de sus logros tecnológicos, se encuentran las complejas tramas de sus relaciones personales y profesionales, que añaden una dimensión terrenal a su figura.
Por ejemplo, uno de esos tensos vínculos se da con el expresidente estdounidense y actual candidato al mismo cargo, Donald Trump, a quien supo tratar de “bobalicón”, “fantasma” y que había gobernado como “un resentido de derechas”. Su relación, siempre flucutuante, estuvo marcada por choques ideológicos y desencuentros en políticas ambientales y tecnológicas.
En el amor, Musk recuerda cuál es su relación más angustiante y tóxica: su romance lleno de altibajos con la actriz Amber Heard. Envuelto en el torbellino de numerosas portadas de diarios y revistas, Musk supo surfear desde el centro de relaciones tan apasionadas como problemáticas.
Y la que vive desde niño: la dolorosa y difícil relación con su padre, Errol Musk. Descrito por el propio Elon como complejo y desafiante, este vínculo primario está colmado de conflictos personales y traumas profundos que han dejado una marca indeleble en su vida personal y su carácter.
Estos son algunos de los detalles íntimos que aporta la biografía titulada Elon Musk, de Walter Isaacson. En un relato meticuloso, el libro pone foco en los desafíos que tuvo que sortear en el ámbito privado Musk, un ser humano con sus propias batallas puertas adentro.
¿Cuáles son las relaciones personales y profesionales que moldearon al hombre detrás del genio tecnológico? Un viaje al corazón de las relaciones huracanadas que forman parte de la fascinante vida del magnate.
“Uno de los fantasmas más grandes que haya existido jamás”
La relación entre Elon Musk y Donald Trump está signada por las numerosas diferencias entre los dos, aunque no siempre fue así. Lo que alguna vez parecía una colaboración potencialmente fructífera en el ámbito de la innovación tecnológica y la exploración espacial evolucionó hacia una relación tormentosa marcada por desacuerdos en temas clave para Elon.
Durante las elecciones de 2016 en Estados Unidos, Musk fue abiertamente crítico de Trump cuando dijo a CNBC: “No tiene la clase de carácter que da una buena imagen de Estados Unidos”. Tras el resultado electoral, Elon mostró un moderado optimismo y contempló la posibilidad de que gobernara “más como un renegado independiente que como un resentido de derechas”.
Pero le dio una oportunidad, aunque su respaldo siempre había sido a favor de los candidatos progresistas Barack Obama y Hillary Clinton. Así fue que Musk accedió a asistir a un cónclave de directores de empresas tecnológicas que iban a reunirse con el presidente electo en Nueva York en diciembre de 2016. En una reunión privada tras el encuentro empezaron las rispideces.
Primero, Trump le dijo que un amigo le había regalado un Tesla pero que nunca lo había manejado y luego, le confesó que quería poner a la NASA en marcha otra vez. Musk quedó desconcertado y lo instó a mandar humanos a Marte y le contó de sus desarrollos. “Quiero poner la NASA en marcha otra vez”, le repitió. “Parece que está un poco chiflado. Pero igual resulta que al final no está tan mal”, señaló Musk tras la reunión.
En el ámbito de la política espacial, si bien Musk y Trump compartían un interés común en la exploración del espacio, sus enfoques diferían en cuanto a la participación de empresas privadas y la gestión de la NASA. Mientras Musk abogaba por fomentar la competencia entre empresas privadas en la exploración espacial, Trump expresó su deseo de revitalizar la NASA de una manera más tradicional.
En su primer día como presidente, Musk asistió a la Casa Blanca para participar en una mesa redonda con destacados empresarios. Dos semanas después, regresó para otra sesión similar. Pero pronto llegó a la conclusión de que, como presidente, Trump no difería mucho de cómo lo había visto durante su campaña electoral.
“Es posible que Trump sea uno de los más grandes fantasmas que han existido jamás. Igual que en el caso de mi padre, ir continuamente de farol puede dejarte frito el cerebro. Si piensas en Trump como una suerte de timador, su comportamiento empieza a tener sentido”, dijo.
Otra de las razones de conflicto entre Musk y Trump fue su postura ante el cambio climático y las políticas ambientales. Mientras Musk respaldó -y lo sigue haciendo- de manera activa la transición hacia energías renovables y es un defensor del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, Trump expresó escepticismo sobre el calentamiento global.
Musk se unió al consejo asesor de negocios de Trump en diciembre de 2016, buscando promover la energía sostenible y oponerse a la política de inmigración de Trump, pero renunció después de que Estados Unidos se retirara del Acuerdo de París.
“Pensé que, quizá, cuando decía algunas de las cosas más locas que había soltado durante la campaña estaba solo actuando y que acabaría yendo a parar a un lugar más sensato”, opinó Elon. Sus interacciones públicas oscliaron entre el apoyo en ciertas políticas y la crítica abierta en otras, aunque su relación siga fluctuante hasta hoy, de cara a las nuevas elecciones presidenciales.
Amber Heard y la relación más angustiante
Elon Musk supo definir a su relación con la actriz Amber Heard como la más angustiosa de todas sus relaciones románticas. ¿Por qué? Según contó Musk y sus allegados, el vínculo estaba marcado por encendidas peleas, enorme dramatismo, intensidad emocional y los altibajos constantes.
“Fue algo brutal”, contó Musk para referirse a la relación de más de un año que lo llevó a experimentar un vórtice de oscuridad y de profundo dolor que persiste hasta hoy.
Heard y Musk se conocieron en 2012, después de que ella rodara la película Machete Kills, en la que Musk colaboró como consultor. Aunque inicialmente deseaba conocer a Amber, no fue hasta un año después que finalmente se encontraron cuando ella pidió visitar las instalaciones de SpaceX, la empresa de Musk.
Su primer encuentro oficial fue en la gala del Metropolitan Museum de Nueva York en mayo de 2016, donde conversaron durante la cena y la fiesta, marcando así el comienzo de su relación romántica.
“Era enormemente tóxica. Una pesadilla”, dijo Kimbal, el hermano de Musk sobre Heard. Incluso, describió a la actriz como una persona tóxica y complicada, con un carácter juguetón pero también desestabilizador. Sus amigos también la aborrecían y describieron la capacidad de Heard para crear su propia realidad, cuestión que a Musk le hacía acordar a su propio padre.
Por su parte, el jefe de gabinete de Musk, Sam Teller, la comparó con un supervillano de cómic. “Era como el Joker de Batman. No tenía más objetivo ni intención que el caos. Se crece desestabilizándolo todo”. La atracción de Musk hacia Amber respondía a un patrón: hermosas, muy oscuras y tóxicas, según contó el hermano del creador de Tesla.
Aunque decidieron separarse en julio de 2017, continuaron algunos meses, los más tumultuosos de la relación. El final definitivo llegó tras un viaje desquiciante que hicieron ese diciembre a Río de Janeiro con Kimbal, su mujer y algunos de los niños.
Heard, según cuentan, se encerró en la habitación del hotel y comenzó a gritar, expresando miedo de que Musk le pegara y acusándolo de haberle quitado el pasaporte. A pesar de los intentos de convencerla de que estaba a salvo y de que su pasaporte estaba en su bolso, la situación se tornó dramática.
El padre y su hijastra
Una de las relaciones más tumultuosas que marcó la vida completa de Elon Musk es la que mantiene con su padre, Errol. Pero a este vínculo, signado por el maltrato psicológico y las constantes humillaciones, se le sumó Jana, la hijastra de Errol.
Todo empezó en 2002, cuando Jana tenía 15 años y Elon se puso incómodo ante las extrañas demostraciones de cariño de parte de su padre para con su hijastra. En 2016, Kimbal y Elon decidieron volver a ver a su padre, tras años de silencio, que estaba recién divorciado y sufría del corazón. Nada sería apacible.
En un giro sorprendente, Errol y Jana protagonizaron un acontecimiento que sacudió los cimientos de la familia Musk. En 2016, poco después de un encuentro tenso entre Elon y su padre en Ciudad del Cabo, Errol dejó embarazada a Jana, quien en ese entonces tenía treinta años de edad. La revelación dejó atónitos a Elon y sus hermanos, quienes se sintieron asqueados y furiosos ante la situación.
En una entrevista con Neil Strauss para un artículo de portada de Rolling Stone, Musk no pudo contenerse más. Empezó a llorar y dijo sobre su padre: “Era un ser horrible. Tenía un plan detallado para hacer el mal. Él planificaba el mal. Cometió casi todos los crímenes que te puedas imaginar. Casi todas las maldades que te puedas imaginar, él las hizo”.
Según el periodista, Musk tenía deseos de hablar, algo lo apresaba y no pudo ponerlo en palabras.
